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jueves, 23 de diciembre de 2010

Por todas esas Navidades del ayer y por las que vendrán.



martes, 7 de diciembre de 2010

La Descolonización vista desde el Nacionalismo boliviano.


LA DESCOLONIZACIÓN EL DESMONTAJE DE LA IDENTIDAD BOLIVIANA


A diferencia de lo que la mayoría cree o percibe, la llamada “descolonización” no es exclusivamente un proceso que pretende sepultar la endeble institucionalidad y el inicuo sistema neoliberal del antiguo régimen republicano, así como a sus representantes y operadores, sino que es también un proceso que intenta desvirtuar y destruir la subjetividad de lo boliviano, es decir, sus raíces occidentales y cristianas.

En este sentido, el proceso de descolonización -conducido con una constante manipulación histórica y substitución simbólica-, ha venido atacando progresiva y sistemáticamente los valores históricos, culturales y religiosos que hacen a la nacionalidad boliviana, a través de la introducción de conceptos etnicistas, paganos y materialistas que producen fisuras en las bases subjetivas de la identidad nacional.



NEOPAGANISMO Y NEGACIÓN RELIGIOSA



Neopaganismo versus Catolicidad.- En el fondo el proceso de descolonización trata de resquebrajar la unidad espiritual de la nación boliviana cimentada en los valores de la catolicidad que trascienden a toda identidad étnica, social, de sexo y generacional, con la justificación de que la Iglesia Católica es el núcleo del proceso de colonización o el símbolo máximo de dominación occidental al “ejercer un poder que más allá de lo terrenal se ejerce sobre el alma de los pueblos”.



Con este fin se inicia un proceso de retorno hacia lo plural de lo “originario”, hacia sus diversas creencias y costumbres ancestrales, idólatras y precarias, casi siempre inventadas a conveniencia para legitimar un paganismo plural, étnico y “moderno” que se sobreponga o anule a un catolicismo universal, lo que supone entrar no sólo en apostasía (negación de Cristo y su doctrina) y en entera contradicción con los valores de la civilización occidental grecolatina, sino también la posibilidad de consolidar –a través de lo supuestamente nativo- una nueva hegemonía ideológica inmanentista (1), asentada en un nuevo “sentido común” (2), donde el modo común de pensar y sentir del pueblo esté determinado por la dialéctica materialista y totalmente distanciado del espíritu católico.



Unicidad versus Pluralidad.- Para conseguir quebrar la unicidad del espíritu católico que, como hemos dicho, subyace a toda diferencia, los neomarxistas han iniciado un proceso de etnificación o desmembramiento que consiste en reinventar y reposicionar lo nativo, considerado como único elemento válido, desconociendo o poniendo en duda la verdad reconocida y revelada por Jesucristo y enseñada por su Iglesia, con una estrategia bastante conocida: desprestigiando lo que está elevado, ensuciando lo que parece puro, dividiendo lo que está unido, haciendo vacilar lo que parece sólido, lapidando lo que es respetado.



“Teología de la Liberación” (La Infiltración).- Llevando el materialismo hasta sus últimas consecuencias, los neomarxistas entendieron que la lucha radica entre trascendencia e inmanentismo, entre la Iglesia de Dios y el comunismo ateo. Pero tras varios intentos se dieron cuenta que con combatir a la Iglesia perdían, entonces se infiltraron, y desde adentro, empezaron a desmontarla. Según su enfermo y dislocado entendimiento potenciaron el Evangelio de Cristo con el Capital de Marx y así nació la “Teología de la Liberación”, y con ella, los sacerdotes “tercermundistas”, que no son más evangelizadores sino exaltados activistas políticos de izquierda, como Xavier Albó, preclaro masista y uno de los teóricos del “diálogo interreligioso” y de la “plurinacionalidad”.



Ecumenismo y “diálogo interreligioso”.- El ecumenismo es indiscutiblemente una de las metas de este gobierno, implícitamente expresado en su Constitución Política del Estado.



El ecumenismo parte del principio de reconocer a cada religión o cosmovisión su propia verdad, e intenta integrar a todas esas supuestas verdades en un movimiento a través del diálogo interreligioso. Este ecumenismo intenta construir una unidad adaptada a una mezcla de verdad y error, arguyendo que toda religión o cosmovisión constituye un medio legítimo de salvación. Reconocer aquello es equivalente a desconocer que el Cuerpo Místico de Cristo es la Iglesia Católica y que fuera de Ella no hay salvación. O en su defecto es pensar que la Iglesia Católica no es ya la única verdadera Iglesia de Dios y que el paganismo está a su mismo nivel, cuando está dicho en las Sagradas Escrituras que las religiones paganas o cosmovisiones seudoespirituales pertenecen al reino de las tinieblas y están bajo el poder de Satanás (Act. 26, 18; II Cor. 10, 20).



Esta teología pluralista de las religiones, al decir de la cual todas las religiones o cosmovisiones son expresiones igualmente legítimas de la experiencia del fundamento divino del mundo, destruye el cristianismo en su raíz. Y es también precisamente este pluralismo religioso o ecumenismo el que destruye la unidad en la fe (3).



LA NEGACIÓN DE LA PATRIA



La Patria y su significado.- El 6 de agosto pasado, Álvaro García Linera, en una representación perfecta de Robespierre, intentó convencernos de que la Patria no es más el vínculo espiritual e instintivo que hay entre el hombre y su tierra, su comunidad y su pasado, sino una situación constitucional, es decir, un pacto entre ciudadanos circunstancial y por tanto relativo, constantemente mutable. En otras palabras, intentó decirnos que la Patria es sinónimo de Constitución y que –en consecuencia- quien no está de acuerdo con la Constitución Plurinacional es un apátrida y, o se muda, o se atiene a ser “aplastado”.



Esta interpretación constitucionalista de patria tiene sus raíces en el racionalismo (5) e intenta imponer una visión ideológica materialista de la realidad, que no es otra cosa que el proyecto político del MAS.



El Patriotismo.- Para Álvaro García Linera uno es patriota cuando se encuentra identificado o adherido a los preceptos de la Constitución Política del Estado o, en el peor de los casos, cuando la ha aceptado como un hecho irremediable. Dicho de otro modo, para Álvaro García Linera uno es patriota cuando se encuentra acompañando el “proceso de cambio”.



No obstante, el verdadero patriotismo se sitúa fuera de las corrientes ideológicas, pues es simplemente un estado de conciencia que deviene del instinto territorial, que consiste en identificarse con la tierra en donde se ha nacido y con la comunidad nacional que la habita, así como con sus antepasados que están allí bajo esa misma tierra.



El “patriotismo constitucional” del MAS niega esta naturaleza instintiva, pues eleva el patriotismo a un mero contrato jurídico donde además existen privilegiados y excluidos. De allí que, como bien apunta un patriota español, “negar esta realidad espiritual e instintiva del hombre es negar su naturaleza o, como mínimo, desconocerla. De ahí que todo lo que suponga una negación intelectual del verdadero patriotismo sea siempre una construcción teórica deshumanizada y despersonalizada”.



Asimismo, todo régimen patriota que se jacte de tal, deberá –en consecuencia- preservar la soberanía y la unidad territorial; fomentar el culto a los héroes y a los antepasados como formas de unir el pasado con el presente y proyectarlo hacia el futuro y conservar los valores calificados como “valores patrios”. Premisas que no se cumplen con el actual gobierno.





PLURINACIONALIDAD Y NEGACIÓN NACIONAL



La negación nacional.- Los izquierdistas en su más amplia variedad de presentaciones, han sido insistentes a lo largo de nuestra historia en su intención de mermar la identidad Nacional. Desde los marxistas ortodoxos que sostienen la invención burguesa de nuestras fronteras y proclaman la universalidad del proletariado por sobre la Nación, pasando por la tesis del “absurdo geográfico” o inviabilidad territorial de la Nación sostenida por los “piristas” (4) en la década de los cuarenta, hasta llegar a nuestros días, en que los masistas nos descomponen racialmente en 36 partes, todos los marxistas nos dicen que la Nación no existe, que somos una utopía de 184 largos años. ¿La justificación? Casi siempre la misma: el atraso material atribuido a lo occidental y cristiano. Cuando en realidad esa miseria es consecuencia de una burguesía liberal contraria a los preceptos cristianos y salvajemente egoísta, que ha condenado a las masas a vivir en la marginalidad o en la periferia de lo nacional, es decir, fuera de los beneficios que da el acceso a la civilización occidental: ciencia, cultura, arte, literatura, música, cine, etc. Por tanto, la solución no pasa por un regreso abrupto al pasado, sino por la incorporación de aquellas masas a la civilización.




Plurinacionalidad.- Por otro lado, negar la Nación es negar su historia y sus particularidades concebidas en todas sus edades y vicisitudes: sus lazos afectivos, emotivos y simbólicos, su inconsciente colectivo, sus valores religiosos, tradicionales, culturales y su integridad territorial. La descolonización parte de esa negación, del supuesto de que todo lo vivido, apreciado, sentido, pensado y creado como Nación Boliviana está asentado sobre la mentira, y que, consecuentemente, hay que deconstruirla, desmontarla, desarmarla para volverla a armar, no en una sino en 36 partes, y sobre una nueva visión, materialista, inmanentista, gramsciana, donde el modo común de pensar y sentir de la gente esté determinado por un pequeño grupo de “intelectuales orgánicos” que juegan a ser dioses.Se trata pues, de “desbolivianizar”, de sepultar a la Nación, a la religión católica y su civilización, de transformar la moral y a la familia cristiana, sirviéndose del caos producido por la confrontación étnica, generacional, de sexo y regional, para terminar fatalmente en la “dictadura de clase”, con una nueva “ideología hegemónica” atea y materialista.Por último, la plurinacionalidad (lucha de etnias) no es sólo una transfiguración terminológica vacía de intenciones, es, ante todo, la anulación de nuestra identidad con la imposición de otra nueva inventada con leyendas negras.



(1) Corriente filosófica gramsciana que persigue instalar el paraíso comunista en la tierra, negando toda trascendencia y divinidad.

(2) Aquí por "sentido común" no se entiende la noción clásica tomista que consiste en el sentido que se deriva del conocimiento innato de los primeros principios, sino "como el modo común de pensar, el común sentir de la gente, que históricamente prevalece entre los miembros de la sociedad" (Antonio Gramsci).

(3) Para esta teología pluralista ya no existe una Verdad absoluta y objetiva, porque somete la Revelación divina al método histórico, que entiende que toda verdad surge en un determinado contexto histórico y así como todo contexto histórico cambia, la verdad también lo hace, convirtiéndose la Verdad revelada por Cristo en relativa y subjetiva y, por tanto, mutable y alterable. Y ahí donde la Verdad es tergiversada o reemplazada, la moralidad colapsa (Mons. R. Williamson).

(4) PIR: Partido de la Izquierda Revolucionaria, de tendencia stalinista.

(5) Doctrina que sostiene que todo lo real es racional y sólo lo racional puede aspirar a ser real, por tanto todo lo que es material es, a la postre, real y no existe más realidad que la material.






http://www.facebook.com/home.php?#!/notes/bastion-de-restauracion-nacional/la-descolonizacion-vista-desde-el-nacionalismo-boliviano/176009899083341

lunes, 6 de diciembre de 2010

Bushido

Los samuráis y su modo de vida fueron oficialmente abolidos en los primeros años de 1870.
No había ya lugar para los hombres luchadores, para los guerreros, para los samuráis.
Pero no fueron olvidados del todo.
Aunque esa es otra historia ...


Introducción




Bushido, literalmente traducido como "El Camino del Guerrero", se desarrollo en Japón entre las eras Heian y Tokugawa (S.IX-XII). Era un modo de vida y un código para el samurai, una clase de guerreros similar a los caballeros medievales de Europa.



Estaba influenciado por el Zen y el Confucionismo, dos diferentes escuelas de pensamiento de esos periodos. El Bushido pone el énfasis en "Lealtad, auto-sacrificio, justicia, sentido de la vergüenza, modales refinados, pureza, modestia, frugalidad, espíritu marcial, honor y afecto"







El Código de Bushido



Estos son los siete principios que rigen el código de Bushido, la guía moral de la mayoría de samurai de Rokugan. Sed fieles a él y vuestro honor crecerá. Rompedlo, y vuestro nombre será denostado por las generaciones venideras.



1. GI - Honradez y Justicia



Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la Justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia.



Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia.



Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.



2. YU - Valor Heroico



Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir.



Un samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte.



Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.



3. JIN - Compasión



Mediante el entrenamiento intenso el samurai se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos.



Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.



4. REI - Cortesía



Los samurai no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurai es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales.



Un samurai recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurai se vuelve evidente en tiempos de apuros.



5. MEYO - Honor



El Auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad.



No puedes ocultarte de ti mismo.



6. MAKOTO - Sinceridad Absoluta



Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará.



No ha de "dar su palabra." No ha de "prometer." El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer.



Hablar y Hacer son la misma acción.



7. CHUGO - Deber y Lealtad



Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan.



Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.



Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya.



Cuidado con el camino que sigues.








Algunos comentarios de Mirumoto Jinto, Rikugunshokan del Clan del Dragón, sobre el código de Bushido:

Sobre el valor:

El camino del valiente no sigue los pasos de la estupidez.



Sobre la lealtad:

Un perro sin amo vagabundea libre. El halcón de un Daimyo (Señor Feudal) vuela más alto.

Solo hay una lealtad superior a la del samurai hacia su Daimyo: la del Daimyo hacia sus súbditos.



Sobre el Respeto:

Un alma sin respeto es una morada en ruinas. Debe ser demolida para construir una nueva.



Sobre la Excelencia:

La perfección es una montaña inescalable que debe ser escalada a diario.



Sobre la Venganza:

La ofensa es como un buen haiku (Breve poema japonés de tres versos): puede ignorarse, desconocerse, perdonarse o borrarse, pero nunca puede ser olvidada.



Sobre la Espada:

Mi hoja es mi alma. Mi alma pertenece a mi Daimyo. Ultrajar mi hoja es afrentar a mi Daimyo.



Sobre el Honor:

La muerte no es eterna; el deshonor, sí.



Sobre la Muerte:

El samurai nace para morir. La muerte, pues, no es una maldición a evitar, sino el fin natural de toda vida.









El Credo del Samurai



No tengo parientes, Yo hago que la Tierra y el Cielo lo sean.

No tengo hogar, Yo hago que el Tan T'ien lo sea.

No tengo poder divino, Yo hago de la honestidad mi poder divino.

No tengo medios, Yo hago mis medios de la docilidad.

No tengo poder mágico, Yo hago de mi personalidad mi poder mágico.

No tengo cuerpo, Yo hago del estoicismo mi cuerpo.

No tengo ojos, Yo hago del relámpago mis ojos.

No tengo oídos, Yo hago de mi sensibilidad mis oídos.

No tengo extremidades, Yo hago de la rapidez mis extremidades.

No tengo leyes, Yo hago de mi auto-defensa mis leyes.

No tengo estrategia, Yo hago de lo correcto para matar y de lo correcto para restituir la vida mi estrategia.

No tengo ideas, Yo hago de tomar la oportunidad de antemano mis ideas.

No tengo milagros, Yo hago de las leyes correctas mis milagros.

No tengo principios, Yo hago de la adaptabilidad a todas las circunstancias mis principios.

No tengo tácticas, Yo hago del vacío y la plenitud mis tácticas.

No tengo talento, Yo hago que mi astucia sea mi talento.

No tengo amigos, Yo hago de mi mente mi amiga.

No tengo enemigos, Yo hago del descuido mi enemigo.

No tengo armadura, Yo hago de la benevolencia mi armadura.

No tengo castillo, Yo hago de mi mente inamovible mi castillo.

No tengo espada, Yo hago de mi No mente mi espada.





Origen e influencias


El Bushido procede del Budismo, Zen, Confucionismo, y Sintoísmo. La combinación de esas 3 escuelas de pensamiento y religiones ha formado el código de los guerreros conocido como Bushido.


Del Budismo el Bushido toma la relación con el peligro y la muerte. El samurai no teme a la muerte ya que creen, tal como enseña el Budismo, que tras la muerte se reencarnaran y volverán a vivir otra vida en la tierra. Los samurais son guerreros desde el instante en que se transforman en samuráis hasta el momento de su muerte, ellos no tienen miedo al peligro.

A través del Zen, una escuela del budismo, uno puede alcanzar el definitivo "absoluto".


La meditación Zen enseña como concentrarse y alcanzar un nivel de pensamiento que no puede ser explicado con palabras. El Zen enseña como "conocerse a si mismo" y no limitarte. El samurai utiliza esto para como una herramienta para desembarazarse del miedo, la inseguridad y finalmente los errores. Estas cosas podrían matarle.



El Sintoísmo, otra doctrina japonesa, da al Bushido su lealtad y patriotismo. El Sintoísmo incluye la veneración a los ancestros, lo cual hace a la Familia imperial la fuente de la nación. Esto da al Emperador una reverencia casi divina. El es la representación del Cielo en la Tierra. Con semejante lealtad, el samurai se compromete con el Emperador y a su Daimyo o señor feudal, samurai de mayor rango.



El Sintoísmo también proporciona la columna vertebral del patriotismo hacia su país, Japón. Ellos creen que la Tierra no esta para satisfacer sus necesidades, "es la residencia sagrada de los dioses, los espíritus de sus antecesores..." (Nitobe 14)



La Tierra es cuidada, protegida y alimentada por un intenso patriotismo.



El Confucionismo proporciona sus creencias en las relaciones con el mundo humano, su entorno y su familia. El Confucionismo da importancia a las 5 relaciones morales entre Maestro y Siervo, Padre e Hijo, Marido y Esposa, Hermanos mayor y menor, y Amigo y Amigo. Esto es lo que sigue el Samurai. Sin embargo el Samurai no esta de acuerdo con muchos de los escritos de Confucio. Ellos creen que el hombre no debe sentarse y pasarse todo el día leyendo libros, ni debería estar escribiendo poesías todo el día, un intelectual especialista era considerado como una maquina. En vez de eso el Bushido cree que el hombre y el universo fueron hechos para ser semejantes tanto en espíritu como ética.



Junto con esas virtudes, el Bushido también sigue con sumo respeto la Justicia, Benevolencia, Amor, Sinceridad, Honestidad, y auto-control.



La Justicia es uno de los principales factores en el código del Samurai. Caminos torcidos y acciones injustas son consideradas denigrantes e inhumanas.



Amor y Benevolencia eran virtudes supremas y actos dignos de un príncipe.



Los Samurais seguían un ceremonial especifico cada día de su vida, así como en la guerra.



Sinceridad y Honestidad eran tan valoradas como sus vidas. Bushi no ichi-gon o "La palabra de un samurai" trasciende un pacto de confianza y completa fe. Con dichos pactos no había necesidad de ponerlo por escrito.



El Samurai también necesitaba un completo auto-control y estoicismo para ser totalmente honroso. No mostraba signos de dolor o alegría. Soporta todo interiormente, nada de gemidos y lloros. Siempre mostraba un comportamiento calmado y una compostura mental que hacían que ninguna pasión de ningún tipo debería interponerse. El era un verdadero y completo guerrero.



Los factores que hicieron el Bushido son pocos y simples. Así de simple, el Bushido creo un modo de vida para mantener a una nación a través de sus tiempos mas problemáticos, a través de guerras civiles, desesperación e incertidumbre.



"El conjunto de las naturalezas poco sofisticadas de nuestros ancestros guerreros derivaron en un extendido alimento para sus espíritus desde una madeja de enseñanzas fragmentadas y vulgares, recogidas como si fueran caminos desviados de antiguos conocimientos, y, estimulados por las demandas de una era que formo a partir de todos esos esquejes un nuevo y único modo de vida" (Nitobe 20)





El Samurai y su uso del Bushido



En Japón la clase guerrera era conocida como Samuráis, también llamada Bushi. Formaron una clase durante los siglos IX y XII. Emergieron de las provincias de Japón para transformarse en la clase gobernante, hasta su declive y total abolición en 1876, durante la era Meiji.



Los samuráis eran luchadores, expertos en las artes marciales. Tenían notable habilidad con el arco y la espada. También eran grandes jinetes.



Eran hombres que vivían siguiendo el Bushido; era su modo de vida. La lealtad total del samurai era para su Emperador y para su Daimyo. Eran honestos y de total confianza. Vivían vidas frugales, sin intereses en la riqueza y cosas materiales, pero con gran interés en el orgullo y honor. Eran hombres de valor verdadero. Los Samuráis no temían a la muerte. Entablarían batalla sin importar cuales fueran las dificultades. Morir en la guerra reportaría honor a su familia y a su señor.



Los samuráis preferían luchar solos, uno contra otro. En batalla un Samurai "invocaría" el nombre de su familia, Rango y hazañas. Entonces buscaría un oponente de similar rango y batallarían. Cuando el Samurai acaba con su oponente le decapita, para así tras la batalla retornar con las cabezas de los oponentes vencidos que acreditan así su victoria. Las cabezas de los generales y aquellos con alto rango eran transportadas de vuelta a la capital y mostradas en las celebraciones y similares.



La única salida para un Samurai derrotado era la muerte o el suicidio ritual: seppuku.



Seppuku, desentrañamiento también conocido como Hara-Kiri, es cuando un Samurai literalmente se saca las entrañas. Tras ese acto, otro samurai, usualmente un amigo o pariente, le corta la cabeza.



Esta forma de suicido era realizada bajo diferentes circunstancias "Para evitar la captura en batalla, captura que el samurai no consideraba deshonrosa y degradante, pero de mala política; para expiar un acto indigno o fechoría; y quizás mas interesantemente, para advertir a su Señor"(Varley 32)



Un Samurai preferiría matarse a si mismo antes que traer deshonor y desgracia al nombre de su familia y a su Señor. Esto era considerado un acto de verdadero honor.



Los samuráis fueron la clase dominante durante 1400 y 1500. En 1600 era el tiempo de la unificación, las luchas en Japón habían cesado. Entonces, avanzado el final de la era Tokugawa, en los últimos 1700 Japón comenzó a moverse hacia una vida mas modernizada, mas "Occidental". Los samuráis y su modo de vida fueron oficialmente abolidos en los primeros años de 1870.No había necesidad para los hombres luchadores, para los guerreros, para los samuráis.



Pero no fueron olvidados del todo. Es algo que da que pensar.


La flor del cerezo es delicada y con el viento enseguida se cae. Así, se puede disfrutar de su belleza y al caer en su plenitud, no da tiempo a verla marchitar. Esto guarda relación con parte del código samurai en Japón. Es más, el emblema de los guerreros samurai era la flor del cerezo. La aspiración de un samurai era morir en su momento de máximo esplendor, en la batalla, y no envejecer y "marchitarse", como tampoco se marchita la flor del cerezo en el árbol.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Papito... ¿Cuánto me amas?


Papito..., ¿cuánto me amas?




El día que mi Hija nació, en verdad no sentí gran

alegría por que la decepción que sentía parecía ser

más grande que el gran contecimiento que representa

tener una hija: ¡Yo quería un varón!



A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis

dos mujeres, una lucía pálida y agotada y la otra

radiante y dormilona.



En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de

mi Carmencita y por la infinita inocencia de su mirada

fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla

con locura. Su carita, su sonrisita y su mirada no se

apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo

se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña,

hacía planes sobre planes, todo sería para mi Carmencita.



Este relato era contado a menudo por Randolf, el

padre de Carmencita y Yo también sentía gran afecto

por la niña que era la razón más grande para vivir de

Randolf, según decía el mismo.



Una tarde estaba mi familia y la de Randolf haciendo un picnic a la orilla de un río cerca de casa y la niña entabló una conversación con su papá, todos escuchábamos:

- Papi,... cuando cumpla quince años, ¿cuál será mi regalo?

- Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos, ¿no te

parece que falta mucho para esa fecha?

- Bueno papito,... tu siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí.

La conversación se extendía y todos participamos de

ella. Al caer el sol regresamos a nuestras casas.



Una mañana me encontré con Randolf enfrente del colegio donde estudiaba Carmencita quien ya tenía

catorce años. Randolf se veía muy contento y la

sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo

me mostraba las calificaciones de Carmencita, eran

notas impresionantes, ninguna bajaba de diez puntos y

los estímulos que les habían escrito sus profesores

eran realmente conmovedores. Felicité al dichoso papá.

Carmencita ocupaba toda la alegría de la casa, en la

mente y en el corazón de la familia, especialmente en

el de su papá.



Fue un domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a

misa, cuando Carmencita tropezó con algo, eso creíamos

todos y dio un traspié. Su papá la agarró de inmediato

para que no cayera... Ya instalados en la iglesia,

vimos como Carmencita fue cayendo lentamente sobre el

banco y casi perdió el conocimiento.

La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba un

taxi hacia el hospital.

Allí permaneció por diez días y fue entonces cuando

le informaron que su hija padecía una grave enfermedad

que afectaba seriamente su corazón, pero no era algo

definitivo, qué debía practicarle otras pruebas para

llegar a un diagnóstico firme.

Los días iban pasando, Randolf renunció a su trabajo

para dedicarse al cuidado de Carmencita, su madre quería hacerlo pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos eran superiores a los de él.



Una mañana Randolf se encontraba al lado de su hija,

cuando ella le preguntó:

- Voy a morir, ¿no es cierto? ¿Te lo dijeron los

doctores?

- No mi amor... no vas a morir, Dios que es tan

grande, no permitiría que pierda lo que más he amado

sobre este mundo, respondió el padre.

- ¿Van a algún lugar?

- ¿Pueden ver desde lo alto a su familia?

- ¿Sabes si pueden volver? preguntaba su Hija.

- Bueno hija,... en verdad nadie ha regresado de

allá a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no

te dejaría sola, estando en el más allá buscaría la

manera de comunicarme contigo, en última instancia

utilizaría el viento para venir a verte.

- ¿Al viento? ¿Y cómo lo harías?

- No tengo la menor idea hijita, solo sé que si

algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un

suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus

mejillas.

Ese mismo día por la tarde, llamaron a Randolf, el

asunto era grave, su hija estaba muriendo. Necesitaban

un corazón, pues el de ella no resistiría sino unos

quince o veinte días más: ¡UN CORAZÓN!

- ¿Dónde hallar un corazón?

- ¡Un corazón!

- ¿Dónde... Dios mío?



Ese mismo mes, Carmencita cumpliría sus quince años.

Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un

donante, una esperanza iluminó los ojos de todos, las

cosas iban a cambiar.

El domingo por la tarde ya Carmencita estaba operada, todo salió como los médicos lo habían

planeado. ¡Éxito total! Sin embargo, Randolf todavía

no había vuelto por el hospital y Carmencita lo

extrañaba muchísimo. Su mamá le decía que ya todo

estaba muy bien y que su papito sería el que

trabajaría para sostener la familia.

Carmencita permaneció en el hospital por quince días

más, los médicos no habían querido dejarla ir hasta

que su corazón estuviera firme y fuerte y así lo

hicieron.



Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá

y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó

una carta de su padre:

"Carmencita, hijita de mi corazón: Al momento de leer mi carta, ya debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho. Esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron. No puedes imaginarte ni remotamente cuánto lamento no estar a tu lado en este instante.

Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenías diez añitos y a la cual no respondí. Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por mi hija... Te regalo mi vida entera sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras.

- ¡¡Vive hija!! ¡¡Te amo con todo mi corazón!! "

Carmencita lloró todo el día y toda la noche. Al día

siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba

de su papá. Lloró como nadie lo ha hecho y susurró:

- "Papi... ahora puedo comprender cuanto me amabas.

Yo también te amaba y aunque nunca te lo dije, ahora

comprendo la importancia de decir "Te Amo" y te

pediría perdón por haber guardado silencio tantas

veces".

En ese instante las copas de los árboles se mecieron

suavemente, cayeron algunas hojas y florecillas, y una

suave brisa rozó las mejillas de Carmencita, alzó la

mirada al cielo, intentó secar las lagrimas de su

rostro, se levantó y emprendió el regreso a su hogar.



Si éste mensaje tocó tu corazón, invita a todos tus amigos y amigas como señal de tu amistad; en éstos momentos aunque yo estoy llorando, decidí compartir esto contigo y decirte:

Por favor, nunca dejes de decir “TE AMO”.

No sabes si será ésta la última vez …

Cada día a cada instante.

Expresa tu amor

Himno del Satinador

La Patria (con banda)

Jinetes en el Cielo

Fuerzas de Paz

Comandante Cóndor Escóbar

La Bomba de Incendio

3 de Febrero

El Cóndor pasa, Música Miitar de Bolivia

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