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sábado, 24 de abril de 2010

Colorados de Bolivia, las FF.AA y sus mandos medios tienen dignidad y patriotismo.

Ya se vé la luz al final del túnel.



viernes, 23 de abril de 2010

El avergonzante discurso de Evo katari ayma en la Cumbre Climática

Atentos a las risas de los edecanes de katari ayma, al día siguiente los Colorados se negaron a responder a Chávez su saludo de "patria o muerte". Podemos entrever algo ? ojalá.


El avergonzante discurso de evo katari ayma en la Cumbre Climática


lunes, 19 de abril de 2010

Bobby




Esta historia tuvo lugar en Edimburgo (Escocia), ciudad de casas encantadas gimiendo en ruidos inquietantes, de fantasmas errantes transitando las tinieblas sin hallar asidero para el descanso, y, en la que aún colea el tétrico tiempo de los ladrones de cadáveres*.En la mitad del siglo XIX, cuando la pésima economía de Gran Bretaña ahogaba a Jonh Grey (Jock), un humilde jardinero, el dedo de la urgencia le mostró el camino del escape de la miseria. Y para darle un vuelco a sus penurias con su familia se estableció en la capital.Era mala época para la jardinería, por lo que Jock archivó el cuidado de las plantas y se decantó por el cuidado de los vecinos, haciéndose policía. Y, remando contra el viento, convirtiendo en elástica la paga, exprimió cada moneda hasta lograr que su familia pisara terrenos de estabilidad. Sin embargo, a la vida familiar le faltaba un elemento que completar su arraigo y alegrara la dureza de aquellos años. La palabra adopción se asiló en los corazones. A los pocos días un perrito hizo su entrada en la casa.


Era un skye terrier (raza canina originaria de la isla de Skye, de reconocida lealtad y carácter extrovertido). Lo llamaron Bobby. - - - - Y Bobby, tal vez pensando en aliviar la diaria lucha por el pan, devino en compañero inseparable de Jock; donde iba el hombre, cual una sombra peregrina elchucho lo seguía. La afinidad definió al dúo: uno sin el otro no podían vivir. Jornada tras jornada Bobby acompañó a John en su labor policial, participando de las patrullas como un agente más. La tierna amistad atrajo la simpatía de todos. Bobby obtuvo el reconocimiento de los otros policías, siendo querido y respetado cual un camarada integrado en el cuerpo. En 1860, un capitán de la Marina británica visitó Edimburgo, y la impresión positiva de ciudad culta, con bonitas edificaciones y suntuosas obras de arte, se enturbió por un detalle; la población usaba relojes y había relojes en los edificios públicos, pero todos marcaban una hora distinta. Un año después, y gracias a su mediación, la anomalía se subsanó. A fin de que todos pudieran ajustar el suyo, todos los días a las trece horas en punto, desde la explanada del Castillo de Edimburgo se disparaba una serie de cañonazos (costumbre que se mantiene hasta hoy).

El sargento Scott -gran amigo de John Grey, y que cumplía servicio en el castillo-, trabó una buena amistad con Bobby, y acostumbraba llevarse el perro a su lugar de trabajo. El can se ganó el cariño de los uniformados allí emplazados. El sargento Scott, encargábase de los disparos del cañón de la señal horaria, Y Bobby, aprovechando el descanso de Jock, iba a diario a la colina a presenciar la salva de las trece horas. Ergo los cañonazos, y cuando su estómago requería el almuerzo, regresaba a la casa. . La amistad de Jock y Bobby fue de corto recorrido. En el interior del hombre residía un poderoso enemigo. Una endémica enfermedad que le afectaba los pulmones, y que en aquel tiempo su nombre producía espanto: ¡tuberculosis! El mal le provocaba dolorosos arrebatos de tos y le entorpecía la movilidad. Sólo Bobby era conocedor de tal desgracia. Cada vez que a Jock lo atacaba la tos, veía que el rostro se le transformaba, como si la falta de aire se lo pintara color rubí. El sufrimiento del amigo abrumaba al perrito, que, con mirada de comprensión y meneando la cola,pegábase a las piernas de Jock, a ocultar en los bajos del pantalón su infinita tristeza. No obstante, John Grey no conoció el rechazo social ni el ineludible despido del cuerpo, porque la muerte tuvo la deferencia de cortarle el padecimiento. ¡La tuberculosis lo convirtió en difunto el 15 de febrero de 1858! . Por expreso pedido de los compañeros de John, los deudos accedieron a enterrarlo exactamente a las trece horas. El sargento Scott, con el ánimo tiritando en un sollozo, disparó el cañón despidiendo al amigo. Fue el único homenaje que recibió John Grey en su concluyente partida. Lo enterraron en el pequeño cementerio cercano a la iglesia de Greyfriars(Iglesia Presbiteriana). .


Sin lógica que apuntalara el entendimiento, Bobby se ocultó entre las sepulturas y ahí se quedó. Las horas pasaron palpitando en la inmovilidad del sitio. Al oscurecer, con la dicha recluida en el recuerdo y el silencio fustigando su fragilidad, se echó sobre la tumba del amigo. El plomo del pesar lo abatía. Era invierno. El cielo soltaba lágrimas de nieve en la noche aterida, y esculpía la superficie con algodones congelados. El perrillo amoldó al suelo su insonora presencia, y su mirada recorrió las tinieblas como esperanza sin destino. El césped encharcado, las lápidas en pie, y la arboleda sobrecogedora, escoltaban su honda desolación. Se durmió. . James Brown, el anciano jardinero de la iglesia y también cuidador del cementerio, a la mañana siguiente halló al perro durmiendo arriba del sepulcro. La escena le cortó la respiración. Su vista cansada se anegó ante tamaña demostración de amor. Bobby abrió los ojos. La humedad agazapada en el aire convirtió su despertar en gélido desperezo. Sólo los latidos de su corazón musicando el recorrido de la sangre, componían la savia de su aliento. El viejo James, aunque perforado por la pena, obedeció las ordenanzas (por anuencia general hallábase prohibido el acceso de perros a la necrópolis) y lo espantó. Bobby permaneció rondando por las cercanías. Cuando se hizo la noche, regresó. Al despuntar de la subsecuente jornada, la figura del animalito acostado encima de la fosa, se estampó delante del sorprendido mirar del señor Brown. Día tras día se fue repitiendo la escena, derivando en una suerte de ritual; James Brown lo expulsaba y con la oscuridad Bobby volvía. Se acomodaba sobre el túmulo, y en el gélido regazo del ambiente se dormía. La baja temperatura lo castigaba con su inclemencia, pero él resistía el álgido ataque; entibiando la tumba y pidiéndole piedad al acoso invernal. Al alumbrar el otro día, James Brown se acongojaba delante del tembloroso ovillo de pelo acurrucado en la fosa, como si desafiando al frío le pasara su calor al cadáver del amigo. . La familia de John Grey venía a por él. Incluso, el sargento Scott intentó adoptarlo. Pero todo cuajaba en intento inútil; el perrillo huía a la necrópolis y se instalaba en el amplexo de la sepultura. Asimismo hubo vecinos residentes en las proximidades, que por las noches lo llevaban a sus casas. Mas, el perrito se sentía preso y aullaba lastimosamente, hasta que le permitían volver al túmulo del inolvidable Jock. .


En esos años difíciles, el pan giraba en torno a un solo trabajo de largas horas y corta paga. Sin embargo, el bueno de James Brown se jugó el puesto y dejó que Bobby se quedara. El admirable gesto del anciano afloró la sensibilidad de la gente, que arriesgándose a duras sanciones, premiaron la fidelidad del perrillo arrimándole comida y agua tibia. . Las autoridades del condado y los religiosos de la iglesia de Greyfriars, vencidos por la insistencia del perrito, también optaron por tolerar su presencia. A muchas personas les alegró tal decisión, pues Bobby era como el guardián de los muertos, dado que aún se temía la acción de los ladrones de cadáveres (tan aciagos en las primeras décadas del siglo XIX).




Bobby, más por falta de amigos que por hambre, después de oír los cañonazos de las trece horas, diariamente acudía al Café Traills (un lugar al que iba con Jock en los días felices), y el dueño del local le hacía servir el almuerzo. Su asistencia era tan esperada, que poseía plato propio.



Concluido el invierno, el frío emigró a otras latitudes llevándose su condena de grilletes helados. La primavera llegó. El sol ya escalaba las mañanas acercando ronroneos de caricias y revuelos de sonrisas. Todo había cambiado. La vitalidad de la luz destapaba existencias. Los colores lucían revividos, y en la cima de las piedras se acomodaban los reflejos. Los árboles eran campanas verdes, y los pajarillos aturdían desde la cumbre de los gajos. El verano se presento, y el sol, astro de fuego y alimento de la naturaleza, con su áureo rostro y diadema de oro, desde muy temprano ardía en el confín de lo desconocido. Durante el día Febo abrillantaba el mármol funerario, y luego del tinte vespertino, las noches navegaban en un insondable mar de estrellas. El desembarco del otoño teñía de dorado la arboleda, y de su ramaje goteaban hojas secas sobre la tierra callada, dejando tras su paso las copas despobladas y los nidos desamparados. Y otra vez la noche con sus alas ahumadas paseando de tumba en tumba, destejiendo siluetas, trepando el andamiaje de la quietud. Después, la entrada de un sol tímido le aclaraba el camino al nuevo día. El invierno volvió regalando glaciales manotazos, corriendo cementerio adentro, colocando su afilado soplo en el yerto ambiente. Con el amanecer, el sol saltaba desde el infinito trayendo auroras acunadas en lejanas lumbres. Así, estación tras estación, año tras año, y Bobby siempre ahí, acomodando su cuerpo en esférica postura, tal si buscara abrigo en la calidez de su propio pelo.


En 1867, a raíz del aumento de perros abandonados, a veces portadores de rabia (mortal por entonces para los humanos), los gobernantes deEdimburgo endurecieron la normativa, decretando la obligatoriedad de matricular a todos los canes de la ciudad. Y los que no estuvieran registrados los ejecutarían de inmediato. La flamante exigencia complicó la vida de Bobby, pues, luego del fallecimiento de John Grey era un perro vagabundo. Todos lo amaban, pero nadie se había hecho cargo de él ni pagaba su licencia. Y ese status conducía a la muerte. ¡La parca le pisaba los talones y él no lo sabía! ¿Qué hacer? La fuerza del exterminio comenzaba a cercarlo. Sólo su instinto de conservación podía salvarlo. . El puño del trágico final no cayó sobre sus huesos, gracias a que la fortuna le arrimó una mano amiga; el Lord Provost de Edimburgo, sir WilliamChambers, al enterarse de la peligrosa situación pagó la licencia que lo amparaba bajo el manto legal. Le puso un collar con una placa en la que se leía: "Greyfriars Bobby from the Lord Provost, 1867-Licensed". Licencia que renovó cada año. . Bobby salió doblemente favorecido, ya que sir Chambers, apoyado en el amor de la gente hacia el perrito, venció la reticencia de los religiosos de la iglesia de Greyfriars, y ordenó construir una caseta junto a la tumba deJohn Grey, a fin de que el can se refugiara de las temperaturas más inclementes.




. El tiempo continuó enhebrando calores y fríos, brisas, vientos y nevadas, sin importarle la suerte del animalito que acompañaba al amigo ausente. . El rudo invierno de 1872, cuando el calendario marcaba el amanecer del 14 de enero, desde la tenebrosidad vino la muerte taladrando resistencias empañadas, y al desplomarse sobre Bobby, cubrió de inmovilidad su destino de arcilla. Los pequeños párpados se cerraron y la respiración claudicó ante la carga de la quietud. Sus ojos ya nunca más verían los navajazos del rayo, ni la arboleda devorada por la niebla, ni las lápidas estremecidas por el viento rabioso. ¡Bobby había muerto! La mano cruel de la parca se lo llevó mientras dormía. Las lágrimas, al inundar el despertar de Edimburgo, estrujó gargantas y destrozó corazones..- --------------------------------------------¡Bobby has died! ¡Bobby has died! -gritaban las voces enmudecidas.



El amado perrito ya era pasajero de un tiempo interminable. . Su adiós le puso colofón a catorce años de firme compañía. Catorce años consumidos con el fervor de la lealtad, sin ceder nunca a los llamados del bienestar de una casa, ni a las caricias de otra gente. Catorce años con una única imagen engarzada a su memoria; Joch, el amigo del alma. . El pueblo, por unánime consenso, resolvió que fuera enterrado en el cementerio de Greyfriars, a pocos pasos de la sepultura de John Grey.






La baronesa Angela Georgina Burdett-Coutts, para que la gesta del perrito no naufragara en el olvido, le pidió al artista William Brody una escultura de bronce. El 15 de noviembre de 1873 se inauguró el monumento casi a escondidas, ya que no hubo ninguna ceremonia. Lo emplazaron en la cuesta de Candlemakers.



A escasa distancia de la entrada principal del cementerio, y enfrente del Café Traills (que todavía existe bajo el nombre de Bobby's Bar). .



El plato y el collar de Bobby se conservan en Hunt Hose Museum (un museo dedicado a la historia de Edimburgo). . De él se escribieron muchos libros. Se filmaron numerosas películas, y su vida traspasó fronteras, viajando de boca en boca, en revistas, sellos de correo y tarjetas postales. .





actualidad rivaliza en fama con el Castillo de Edimbrugo. Ningún turista que visite la ciudad deja de fotografiarse con la escultura de Greyfriars Bobby.



Pero quizás, la mayor recompensa está reflejada en un hecho; el pueblo británico a todos los policías los llama Bobby, en honor al inolvidable perrito.




No obstante, después de los 137 años transcurridos desde su desaparición, aún flota en la atmósfera de Edimburgo una pregunta: Bobby, ¿fue un mártir de la lealtad?



 

domingo, 11 de abril de 2010

HONOR Y GLORIA A LOS BENEMÉRITOS DE ÑANCAHUAZÚ


En 1967 Bolivia fué invadida por delincuentes peruanos, argentinos y cubanos al mando de un degenerado asesino llamado Ché Guevara. Luego del 23 de marzo en que un destacamento de bizoños soldados bolivianos fué masacrado a pesar de los gritos de clemencia de éstos, decenas de soldados aún tendrían que abonar con su preciosa sangre las selvas de Ñancahuazú ya sean muertos y heridos.

En octubre, el asesino al verse cercado no tuvo la hombría de morir y terminó pidiendo "no me maten soy el ché" ante los hombres del  Capitán Gary Prado Salmón





Soy soldado boliviano


Combatiendo en las guerrillas

Mi vivienda es la chapapa

 y Mi rancho lentejar

Mi uniforme camuflado

Sin botones y bolsillos

Déjenme con mis harapos

que los llevo con honor.

De mi vida en las guerrrillas

Siempre llevo un gran recuerdo

Unos días de cansancio

Y otros días de dolor

Lo que nunca olvidaría

La Higuera y Ñancahuazu

el Pincal y Pirirenda

Que me hicieron amargar

Mientras unos se entretienen con pachió

otros fuman cigarrillos

una villa y nada más

No faltaba un guerrillero que matara

a un camarada

recordando la tragedia

nos poníamos a llorar.










Veteranos. José Salazar y Ramiro Melgar son dos de los 2.600 soldados que combatieron a la guerrilla en 1967
Eran apenas adolescentes, pero ya se sentían orgullosos de formar parte del Ejército boliviano. Se trata de los ex combatientes de la guerrilla de Ñancahuazú, ‘patriotas a morir’, como ellos se definen y que nunca se imaginaron que a tan temprana edad se convirtieran en testigos de las guerrillas, en parte de la historia, una historia, que según ellos, no ha sabido valorarlos ni reconocer lo que hicieron por resguardar a la nación de la intromisión extranjera.

El acto que organizó el Gobierno de Evo Morales el 14 de este mes en La Higuera, en conmemoración a la fecha de nacimiento del Che, les cayó como un baldazo de agua fría.

A 43 años de las guerrillas, estos hombres reclaman al Gobierno atención y respeto por lo que hicieron en ese entonces. Una pensión vitalicia, una sede social, pero ante todo que la población conozca el otro lado de la historia de las guerrillas, de la que ellos formaron parte.

Para lograr esos objetivos en la década de los 80 decidieron crear la Confederación Nacional de ex Combatientes de la Guerrilla de Ñancahuazú. En la actualidad, en Santa Cruz están afiliados 500 ex soldados y en todo Bolivia se estima que son 2.600 los ex combatientes.

José Salazar, uno de los ‘patriotas a morir’ y ex presidente de la Confederación, comentó que fue el periodista desaparecido Óscar Zambrana el que les dio cobertura en los medios de comunicación. Gracias a este respaldo, en 1985 crearon su organismo sindical.



Pasaron los años y después de tanto ‘mendigar’ a los gobiernos de turno lograron que en la gestión transitoria de Eduardo Rodríguez Veltzé, se apruebe un decreto que los declaraba Beneméritos de la Patria. Sin embargo, este reconocimiento fue considerado insuficiente por el sector, pues esperaban que el Gobierno les creara algún seguro de salud o beneficio social, en reconocimiento al servicio prestado en esa época.
Ahora evo morales les niega el reconocimiento como beneméritos. y há prohibido su participación en ningún acto patrio obligando a las FF.AA a gritar el lema del invasor cubano-argentino.

Gelacio Peralta, Ramiro Melgar, Nazar Mendoza, Óscar Zegarra y Eloy Padilla, cuyas edades superan los 60 años, recuerdan como si fuese ayer cada instante que les tocó vivir en la época de la incursión del Che en Bolivia. Consideran injusto que hasta ahora ni el Ejecutivo ni las autoridades departamentales o municipales les pueden dotar de por lo menos un espacio físico para reunirse y realizar sus actividades. “Esta es nuestra oficina”, dijo uno de ellos, mostrando un cuarto que su camarada Mendoza habilitó en su vivienda de la calle San Rafael esquina Chilón, zona del barrio Estación Argentina. La anterior sede social, que les fue entregada por Bienes Incautados por la avenida Che Guevara, la tuvieron que abandonar, porque el propietario del inmueble recuperó su vivienda.

Peralta trabaja haciendo mantenimiento en el colegio La Salle. Con lo poco que gana ayuda a sus padres y a su hija, que viven en Tres Cruces.


“Nosotros fuimos llamados por la patria para defenderla, no entramos al cuartel para matar. A otros excombatientes el Gobierno los reconoce económicamente, pero a nosotros no, hasta ex jugadores de fútbol reciben una pensión. Muchos camaradas ya murieron y otros quedaron discapacitados, las heridas de las guerrillas aún nos duelen. Nosotros defendimos a este país, pero nos sentimos defraudados por la indiferencia de la sociedad y del Estado”, manifestó Óscar Zegarra, ex combatiente que actualmente trabaja como fotógrafo independiente.

Nazar Mendoza, otro de los ‘patriotas’ comentó que desde hace tiempo no logra encontrar un empleo fijo. Hace siete años trabajaba como encargado de campamento en los yacimientos petrolíferos, pero ahora es un desempleado.

Eloy Padilla, su camarada, también carece de un empleo fijo. Con gafas oscuras cubre sus ojos, pues prácticamente ha quedado ciego de uno de sus ojos producto de la diabetes que lo afecta. Refiriéndose al Che, expresó: “Me irrita ver tanto homenaje a un hombre que sólo vino a imponer a la fuerza su ideología. No debió ingresar con armas, pudo haber logrado su cometido sin necesidad de recurrir a los enfrentamientos, pero mató a muchos bolivianos y eso no lo podemos olvidar”.

A su vez, Ramiro Melgar, contó que desde hace cinco meses no encuentra trabajo. Él llegó a trabajar en la Policía como guardia, técnica que domina, pero hoy es un desempleado más.“Me entristece lo que dicen mis camaradas, no tengo palabras, estamos olvidados por todos. Nadie nos atiende ni escucha nuestros pedidos”, manifestó.


Beméritos de la Guerra del Chaco, cada vez quedan menos


Nuestros gloriosos Defensores del Chaco, ya no pueden descansar ni en la Plaza 14 de Septiembre tomada por los de la dizque "raza superior" de indígenas del MAS, ellos no pueden entender de cómo es que la bandera Rojo Amarillo Verde por la que en los campos del Chaco bajo el mando de sus oficiales al paso de trote con la cabeza agachada las balas silbando y los camaradas cayendo alrededor y luego a la carrera al grito de !!! VIVA BOLIVIA!!!! caían sobre el enemigo pila, ahora la han desplazado por un trapo símbolo de una etnia racista aymara.

Ya mi abuelo descansa en paz, gracias a Dios él no pudo ver en lo que se há convertido la Bolivia que él defendió en la Guerra ,en mi memoria quedan aquellas tardes y noches en que con lágrimas en los ojos le oía cantar  Boquerón abandonado.




1º Versión
No me llores si la muerte
cava un abismo entre los dos
yo no se si por quererte
debo olvidarme hasta de Dios
Ausente de mi tu dulce amor
me dice adios
Si el capricho de la suerte
me deparo aqui seguir
para mi la misma muerte
ser hermoso verde jardin
alli brotara mi pobre amor
blanco jazmin

No me pagaras en vida que debes
la muerte que te doy
abandonado de tu amor
lejos de ti yo morire
lejos de ti yo morire

Bolivia a de cantar
despues morir
Bolivia ha de ganar
despues morir, morir
2da versión
Boqueron abandonado.
sin comando ni refuerzos,
Boqueron abandonado,
sin comando ni refuerzos.
Tu eres la gloria,
del soldado Boliviano
Ahora si que no me rindo
ante el cobarde patapila
ahora si que no me rindo,
ante el cobarde patapila.
Voy a derramar
la ultima gota de mi sangre..
voy a derramar
la ultima gota de mi sangre..






En los campos de Boqueron: soldado boliviano del Regimiento constituído por estudiantes al mando del Mayor Lairana que fué totalmente diezmado en el camino de Boqueron a Yucra, durante una sorpresa, en diez minutos de combate, pereciendo 250 estudiantes. Una ráfaga de ametralladora le ha levantada la calota creaneana, con tanta justeza como si fuera un trabajo de autopsia.  Cadáveres como éste existían numerosos en estos campos, abandonados a merced de cuervos y caranchos.


Estan bien uniformados y no fueron requisados por la tropa, tal vez por escasez de tiempo, porque debia seguirse adelante en persecucion de los bolivianos o por el peligro, pues cayeron en "campo de nadie" mientras se disputaba el terreno que tantos muertos y heridos costó a ambos combatientes. La flecha indica una de las balas que han herido al soldado y que con una lente se ve nitidamente.

sábado, 3 de abril de 2010

Evo Katari Ayma es peruano


LAS RAICES PERUANAS DE EVO

Felipe Quispe Huanca “El Mallku” declaró en una oportunidad que el lugar de nacimiento de Evo Morales es materia de cuestionamiento, al existir indicios razonables de que habría nacido en Puno (Perú) ya que, pese a catalogarse como indígena no habla la lengua aymara. Su ascendencia sólo es conocida, con datos precisos hasta sus padres, lo cual no tendría nada de extraño pues es normal que campesinos aymaras de la zona migren a Bolivia con sus familias adquiriendo la nacionalidad boliviana, aprovechando la informalidad de los trámites; es por ello que la mayoría de los niños aymaras aprenden sólo el castellano.

Es en este marco que cobra importancia el hecho que Evo Morales antes de ser elegido presidente de Bolivia frecuentaba asiduamente Puno en sus fiestas patronales, participando con la trompeta en la banda de músicos del barrio de San Antonio, lo que es fácilmente verificable conversando con don Antonio Alarcón Machicao, amigo de Evo y presidente del conjunto musical “La Diablada Morenada”.

¿Qué dice Evo Morales al respecto?. Señala que proviene de una familia aymara de agricultores y criadores de llamas, eran siete hermanos que trabajaban la tierra. Sus padres fueron Dionisio Morales y María Mamani.

Otro dato curioso es que su madre apellida Mamani por lo que habría que preguntarse porqué Evo apellida Morales Ayma y porqué no existe documentación sobre la existencia de los hermanos que dice tener, o alguna partida de defunción que pruebe que existieron, ya que sólo se le conoce una hermana (Esther). Finalmente, con el tiempo se ha confirmado que el señor Morales no maneja conocimientos acerca de las técnicas y modus vivendi de los cocaleros; actividad que nunca ejerció pero que defiende vehementemente, acaso por sus nexos con el narcotráfico. Lo cierto es que Evo Morales ya empieza a ser catalogado por su propia gente como un Huallaycho, que no es otra cosa que un errante que un día llegó a Bolivia logrando acogida en la ciudad de Oruro.

http://toromata.wordpress.com/2010/01/20/evo-morales-parte-ii-corrupcion-asesinatos-y-la-exportacion-del-socialismo-del-siglo-xxi/

viernes, 2 de abril de 2010

La Campaña del Manuripi, Invasión peruana a Bolivia y Pérdida del Purus



GUERRA CONTRA EL PERÚ :  LINO ECHEVERRÍA, UN HÉROE OLVIDADO

A raíz del fraudulento Laudo Argentino de 1909 en la controversia limítrofe entre Bolivia y el Perú, en la que el Presidente argentino entregaba territorios de indudable soberanía boliviana al Perú, territorios que no habían sido contemplados como elementos en litigio, el gobierno de Bolivia se negó a cumplir el laudo provocando la molestia argentina y la ruptura de relaciones diplomáticas con la nación del Plata y la amenaza del Perú de considerar "como declaratoria de guerra la negativa boliviana a aceptar los términos del laudo". Ordenándose a las guarniciones fronterizas  defender la soberanía boliviana ante el invasor peruano.

Las guarniciones del noroeste comenzaron a ser provocadas por ciudadanos peruanos dedicados al contrabando paseando con alardes bélicos sus embarcaciones por aguas territoriales bolivianas llevando el pabellón peruano.

El Capitán Lino Echeverria nacido en Sucre el 23 de septiembre de 1884 a la sazón contaba 26 años de edad y destinado como comandante del Fortin Avaroa en el Manuripi, tenía como misión primordial precautelar la soberanía boliviana en aquella región,  por lo que en cumplimiento de las órdenes recibidas desde La Paz advirtió a los susodichos contrabandistas peruanos con ordenar a sus soldados detener y confiscar la carga que llevaban por territorio boliviano a sabiendas que por informes recibidos se sabía que los contrabandistas llevaban armas y hacían trabajo de espionaje para las tropas peruanas acantonadas en las cercanías.
A principios del mes de Junio de 1910 se detiene a uno de estos elementos y se lo retiene en Fortín Avaroa, se encuentran en su poder armas y equipo destinados al invasor.

Sin previo aviso un grupo de ribereños peruanos reforzados por soldados del ejército de su país , ataca el fortín intentando rescatar a su jefe. La minúscula guarnición boliviana compuesta por 15 soldados no tiene dificultad en repeler el ataque sin sufrir bajas, quedando frente a sus fusiles humeantes  un cabo y seis soldados peruanos prisioneros y habiendo causado varias bajas al enemigo que huyó en desbandada por el bosque dejando regueros de sangre en su camino.

El mes de agosto el comandante de la guarnicion militar peruana intimó la desocupacion del fortin y la libertad de los siete prisioneros en poder de los bolivianos.

La guarnicion peruana formada por 150 hombres bien equipados y armados dan un plazo de 24 horas , al cabo de los cuales no garantizaba la integridad de Echeverría y sus soldados.

Echeverría en un gesto de gallardía y patriotismo da su respuesta contundente consultada con sus 15 valientes ."Puede usted atacarme cuando guste estoy dispuesto a recibirle"

A sabiendas que el resultado de esta desigual choque no sería otro que la muerte defendiendo la amada tricolor,y que la cañonera Tahuamanu no llegaría a tiempo para ayudarlos, ordena a los soldados escribir cartas de despedida a sus familias. Y la orden varonil y patriótica ! A las trincheras ! La suerte estaba echada.

El ataque se produjo en la madrugada del 5 de Septiembre en momentos en que Echeverría escribía a su madre las que serían sus últimas palabras. Las tropas peruanas reforzadas por indios Chamas y Campas en número aproximado de 300 les atacan por todos sus flancos, pero increíblemente los valerosos soldados bolivianos detienen al enemigo durante 10 horas. Habiendo recibido múltiples heridas Echeverría  es llevado al pahuichi que sirve de enfermería.
Pero el combate de estos héroes solo podía durar lo que durasen sus municiones ( la mayor parte inutilizada por la humedad de aquel rincón patrio ) .Cansados y agotados por la noche en vela, sin refuerzos, los soldados bolivianos aceptan impotentes la caida del Fortín en manos de los invasores peruanos.

El Capitán Echeverría moribundo al ver que el cacique Moises de los indios Chamas arriaba la bandera tricolor para izar la bandera peruana, en un esfuerzo sobrehumano que sólo puede dar el dolor de ver la patria mancillada por la ebria indiada invasora levantose de su cama y apuntando su pistola a quien osaba humillar su bandera  mató al cacique dando lugar a la venganza de los salvajes que lo descuartizaron  horriblemente  a machetazos.La heróica guarnición se dispersó por el monte dejando tres soldados muertos : cabo Donato Cardona, soldado Juan Valdez y corneta Manuel  Fernández  ,heridos y prisioneros.


Los despojos de este héroe  descansan en Riberalta asiento del CIOS,  donde fue trasladado después de finalizada la que se denominó Campaña del Manuripi, junto a la bandera patria que nos muestra la fidelidad emocional y conciente a los símbolos nacionales.

Hay un detalle en este hecho que es muy particular, El territorio defendido por el Capitán Lino Echeveria hacia dos meses atras habia sido cedido al Peru por el tratado de 1910 por el gobierno entreguista de La Paz por el que también se perdía la Región del Purus con 250.000 km 2,  pero no le fué comunicado por el gobierno o sus superiores,él estaba cumpliendo su deber y no dudó en ofrendar su vida entrando de lleno en el santuario de los héroes y descansa por derecho propio junto a Avaroa y Ustariz, quizá por esta razón el Congreso aprobó un reconocimiento de dos años de sueldo a Echeverría y sus soldados por su sacrificio  y el 29 de abril de 1912 una pensión vitalicia de 113 bolivianos a los herederos del Capitán Echeverría.


Ahora hay gente que olvida que la única bandera por la que murieron estos héroes es la Rojo Amarillo y Verde que representa a todo un país y no un trapo a cuadros (wiphala) que sólo representa a una etnia resentida y degenerada del altiplano.


http://alcatraz715.blogspot.com/search/label/manuripi

jueves, 1 de abril de 2010

Cuándo murió Jesús ?


¿Cuándo tuvo lugar la muerte del Hijo de Dios? En cuanto se refiere a la duración de su ministerio o vida pública, algunos eruditos, apoyándose en los tres primeros evangelios, denominados sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) sólo cuentan un año y medio. Otros, basándose en lo escrito por Ireneo y Jerónimo, le atribuyen dos años y medio. Sin embargo, la mayor parte de comentadores modernos, apoyándose en la autoridad del historiador Eusebio de Cesarea y multitud de escritos de otros de los llamados Padres del tiempo post apostólico, y sobre todo en el evangelio del apóstol Juan y las varias pascuas que menciona, demuestran que el ministerio terrenal del Señor duró tres años y medio, opinión ésta que es aceptada por las diferentes corrientes eclesiásticas y no eclesiásticas.

Tomando, pues, por cierta esta última opinión, queda resulta también la cuestión sobre la fecha de la muerte de Cristo. Efectivamente, si tomamos como el año más probable del nacimiento del Señor el 749 de la fundación de Roma, es decir cuatro años antes de la era cristiana, como ha sido unánimemente aceptado, tendremos que el año 26 de la era cristiana Jesús cumpliría treinta años, cuando empezó su vida pública o ministerio terrenal (Lucas 3.23), que duraría tres años y algunos meses, hasta el 14 ó 15 de la luna de Nisán (7 de abril) del año 30. Esta sería entonces la fecha exacta en que el Señor fue crucificado en el Monte Calvario y murió.


Para comprobar más claramente, podemos hacer algunas observaciones. Por los evangelios consta que nuestro divino Salvador murió siendo Procurador de Judea Poncio Pilato, de quien sabemos con seguridad, por conducto de autores latinos, que gobernó desde de 26 al 36 de la era cristiana. Consta, asimismo, según lo atestigua el apóstol Juan en su evangelio, que la muerte de Cristo tuvo lugar un viernes que era el 14 ó 15 de Nisán (Juan 19.31); fácilmente computable en la actualidad por medios electrónicos científicos. Ahora bien, ¿en qué año, desde el 26 al 36 cayó en viernes el día 14 ó 15 de la luna de Nisán? De los diversos cálculos que se han hecho con las más modernas computadoras en estos últimos tiempos, se puede asegurar que hubo tres años en ese período en que el 14 ó 15 de la luna de Nisán cayó en viernes. Esos tres años fueron el 29, el 30 y el 33. De estas tres fechas defendidas por modernos autores, la que tiene mayor consistencia es la del año 30. Del cálculo antes indicado se deduce que esta fecha es la más conforme con los demás datos encontrados sobre el nacimiento de Cristo y la duración de su vida pública o ministerio terrenal.

Hay otro dato importante que le da más consistencia a esta opinión. En cierta discusión de Cristo con los dirigentes judíos (Juan 2.20), afirmaron éstos que se habían empleado cuarenta y seis años en la reconstrucción del templo. Ahora bien, Flavio Josefo refiere que el principio de la reconstrucción del templo tuvo lugar el 734 de la fundación de Roma. Si a los 734 añadimos los 46 que se emplearon en la obra, llegamos al año 780, el principio de la vida pública de Cristo. Por consiguiente, al terminar con su muerte su ministerio terrenal tres años y meses después, era el 783 de la fundación de Roma, o sea el año 30 de la era cristiana.


Cristo murió, pues, el viernes 7 de abril del año 30 de nuestra era.

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