En 1967 Bolivia fué invadida por delincuentes peruanos, argentinos y cubanos al mando de un degenerado asesino llamado Ché Guevara. Luego del 23 de marzo en que un destacamento de bizoños soldados bolivianos fué masacrado a pesar de los gritos de clemencia de éstos, decenas de soldados aún tendrían que abonar con su preciosa sangre las selvas de Ñancahuazú ya sean muertos y heridos.
En octubre, el asesino al verse cercado no tuvo la hombría de morir y terminó pidiendo "no me maten soy el ché" ante los hombres del Capitán Gary Prado Salmón
Soy soldado boliviano
Combatiendo en las guerrillas
Mi vivienda es la chapapa
y Mi rancho lentejar
Mi uniforme camuflado
Sin botones y bolsillos
Déjenme con mis harapos
que los llevo con honor.
De mi vida en las guerrrillas
Siempre llevo un gran recuerdo
Unos días de cansancio
Y otros días de dolor
Lo que nunca olvidaría
La Higuera y Ñancahuazu
el Pincal y Pirirenda
Que me hicieron amargar
Mientras unos se entretienen con pachió
otros fuman cigarrillos
una villa y nada más
No faltaba un guerrillero que matara
a un camarada
recordando la tragedia
nos poníamos a llorar.
Veteranos. José Salazar y Ramiro Melgar son dos de los 2.600 soldados que combatieron a la guerrilla en 1967
Eran apenas adolescentes, pero ya se sentían orgullosos de formar parte del Ejército boliviano. Se trata de los ex combatientes de la guerrilla de Ñancahuazú, ‘patriotas a morir’, como ellos se definen y que nunca se imaginaron que a tan temprana edad se convirtieran en testigos de las guerrillas, en parte de la historia, una historia, que según ellos, no ha sabido valorarlos ni reconocer lo que hicieron por resguardar a la nación de la intromisión extranjera.El acto que organizó el Gobierno de Evo Morales el 14 de este mes en La Higuera, en conmemoración a la fecha de nacimiento del Che, les cayó como un baldazo de agua fría.
A 43 años de las guerrillas, estos hombres reclaman al Gobierno atención y respeto por lo que hicieron en ese entonces. Una pensión vitalicia, una sede social, pero ante todo que la población conozca el otro lado de la historia de las guerrillas, de la que ellos formaron parte.
Para lograr esos objetivos en la década de los 80 decidieron crear la Confederación Nacional de ex Combatientes de la Guerrilla de Ñancahuazú. En la actualidad, en Santa Cruz están afiliados 500 ex soldados y en todo Bolivia se estima que son 2.600 los ex combatientes.
José Salazar, uno de los ‘patriotas a morir’ y ex presidente de la Confederación, comentó que fue el periodista desaparecido Óscar Zambrana el que les dio cobertura en los medios de comunicación. Gracias a este respaldo, en 1985 crearon su organismo sindical.
Pasaron los años y después de tanto ‘mendigar’ a los gobiernos de turno lograron que en la gestión transitoria de Eduardo Rodríguez Veltzé, se apruebe un decreto que los declaraba Beneméritos de la Patria. Sin embargo, este reconocimiento fue considerado insuficiente por el sector, pues esperaban que el Gobierno les creara algún seguro de salud o beneficio social, en reconocimiento al servicio prestado en esa época.
Ahora evo morales les niega el reconocimiento como beneméritos. y há prohibido su participación en ningún acto patrio obligando a las FF.AA a gritar el lema del invasor cubano-argentino.
Gelacio Peralta, Ramiro Melgar, Nazar Mendoza, Óscar Zegarra y Eloy Padilla, cuyas edades superan los 60 años, recuerdan como si fuese ayer cada instante que les tocó vivir en la época de la incursión del Che en Bolivia. Consideran injusto que hasta ahora ni el Ejecutivo ni las autoridades departamentales o municipales les pueden dotar de por lo menos un espacio físico para reunirse y realizar sus actividades. “Esta es nuestra oficina”, dijo uno de ellos, mostrando un cuarto que su camarada Mendoza habilitó en su vivienda de la calle San Rafael esquina Chilón, zona del barrio Estación Argentina. La anterior sede social, que les fue entregada por Bienes Incautados por la avenida Che Guevara, la tuvieron que abandonar, porque el propietario del inmueble recuperó su vivienda.
Peralta trabaja haciendo mantenimiento en el colegio La Salle. Con lo poco que gana ayuda a sus padres y a su hija, que viven en Tres Cruces.
“Nosotros fuimos llamados por la patria para defenderla, no entramos al cuartel para matar. A otros excombatientes el Gobierno los reconoce económicamente, pero a nosotros no, hasta ex jugadores de fútbol reciben una pensión. Muchos camaradas ya murieron y otros quedaron discapacitados, las heridas de las guerrillas aún nos duelen. Nosotros defendimos a este país, pero nos sentimos defraudados por la indiferencia de la sociedad y del Estado”, manifestó Óscar Zegarra, ex combatiente que actualmente trabaja como fotógrafo independiente.
Nazar Mendoza, otro de los ‘patriotas’ comentó que desde hace tiempo no logra encontrar un empleo fijo. Hace siete años trabajaba como encargado de campamento en los yacimientos petrolíferos, pero ahora es un desempleado.
Eloy Padilla, su camarada, también carece de un empleo fijo. Con gafas oscuras cubre sus ojos, pues prácticamente ha quedado ciego de uno de sus ojos producto de la diabetes que lo afecta. Refiriéndose al Che, expresó: “Me irrita ver tanto homenaje a un hombre que sólo vino a imponer a la fuerza su ideología. No debió ingresar con armas, pudo haber logrado su cometido sin necesidad de recurrir a los enfrentamientos, pero mató a muchos bolivianos y eso no lo podemos olvidar”.
A su vez, Ramiro Melgar, contó que desde hace cinco meses no encuentra trabajo. Él llegó a trabajar en la Policía como guardia, técnica que domina, pero hoy es un desempleado más.“Me entristece lo que dicen mis camaradas, no tengo palabras, estamos olvidados por todos. Nadie nos atiende ni escucha nuestros pedidos”, manifestó.
Autor de la canción mis Harapos: El suboficial mayor del ejército: HUGO CUÉLLAR ROCA, quien eleó en Ñancahuazú y Teoponte.
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