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jueves, 26 de agosto de 2010

Elena y un Cóctel Gin Sling para este verano.


Ingredientes:



•Aguardiente de cerezas 25 ml
•Ginebra75 ml
•Soda (hasta rellenar)
•Cubitos de hielo 7-10
•El zumo de 1/2 limón
•Cerezas con rabo (para decorar)
 
 


Preparación:



1.Introducir en una coctelera los cubitos de hielo, el aguardiente de cerezas, la ginebra y el zumo de limón.
2.Agitar, servir en un vaso y rellenar con soda.
3.Decorar con cerezas queda muy original.


martes, 24 de agosto de 2010

Ex prisionero boliviano aún sigue dando guerra

NUNCA VOLVIO A SU PATRIA Y ESTA CERCA DE LA ULTIMA BATALLA

MBUYAPEY, Dpto. de Paraguarí (Aldo Lezcano, corresponsal). Un excombatiente boliviano que no fue beneficiado con el trueque de prisioneros después de terminada la guerra sigue luchando, pero esta vez para obtener el sustento diario. Adoptó a Mbuyapey como la patria chica, lugar donde a pesar de la vejez se dedica a la labranza para que su sufrida familia no sea tan fatigada por el hambre y otras necesidades.

Mariano Cuevas Cuentas, ex prisionero boliviano que el 17 de agosto próximo cumplió 93 años, encara el trajinar hacia la última batalla en una humilde vivienda dentro de una propiedad municipal, en el barrio Virgen de Lourdes de Mbuyapey, comunidad situada en el noveno departamento de Paraguarí, a 170 kilómetros de Asunción.




En el rostro de Mariano está expresado el sufrimiento y en cada suspiro la añoranza hacia su terruño de origen, que le olvidó, y al que defendió con heroísmo hasta caer prisionero. En Bolivia ha dejado la familia, sus amigos de infancia y su pago para empuñar el arma y responder a las exigencias y ambiciones de los mandamases de turno que pretendían quedarse con el Chaco .

EL INFORTUNIO ESTUVO DE SU LADO


Cuevas está anotado en el libro de inscripciones de ciudadanía en el Consulado de su país bajo el número 48. Nació en Catamarca, departamento de La Paz, el 17 de agosto de 1917, siendo sus padres Anastacio Cuevas y Juana Cuentas. Refiere que desde muy niño su vida fue marcada por el infortunio. Cuando empezaba a escribir las primeras letras, el deceso de la madre truncó su sueño de leer y escribir. Explica que en busca de mejor vida tuvo que viajar al Perú, de donde le reclutaron cuando trabajaba como ayudante camionero. Refiere que eso ocurrió en 1933, cuando tenía solamente 15 años, ínterin en que fallece su padre. Según los documentos, perteneció al Regimiento "Ayacucho 8 Infantería" y que peleando fue herido en el brazo en un enfrentamiento en Campo Jurado, cayendo prisionero en Cañada del Carmen en el año 1934.


                                                                                                                

SUFRIMIENTOS EN EL CHACO; LUEGO TRABAJO POR COMIDA


Refiere que después de caer prisionero permaneció en el Chaco por más de 30 días. "Pasamos noches de insomnio; teníamos hambre y mucha sed; solamente consumíamos cocido negro y tres galletas por día", dijo Cuevas. Recordó que en el inhóspito suelo cuantas plantaciones de tunas que encontraban a sus pasos tuvieron que pelar y consumir como hormigas.




Relató que el grupo de prisioneros fue trasladado a Puerto Casado y de ahí a Puerto Botánico, siendo llevado posteriormente a Caazapá. Menciona que trabajaron por comida en los establecimientos San Agustín y Tarumá, pertenecientes a la familia Sarubbi. Terminada la guerra, los prisioneros se trasladaron a la zona de Maciel, donde Mariano se dedicó a la excavación de pozos, aguardando ser beneficiado con el trueque de prisioneros. "Cuando llegó el tren, yo estaba postrado por una enfermedad, fui lento y cuando intentaba abordar ya fue tarde", se lamentó.

CON UNA MBUYAPEYENSE SIGUE BATALLANDO EN LA LABRANZA


‘‘Era el inicio de 1937, miré el horizonte desconocido y decidí tomar un rumbo al azar; crucé el río Tebicuary y en el valle de Mbuyapey me aprisionó el romance con Pastora Vera, mi compañera de penas y alegrías’’, sostiene Cuevas. Del matrimonio nacieron 10 hijos, de los cuales cinco eran mujeres y cinco varones, de los que sobreviven seis.




Mariano tiene asentada su pequeña vivienda dentro de un terreno municipal de una hectárea y ya muy cerca de sus 100 años sigue cultivando todos los rubros de consumo. Es un pequeño productor, pero un gran ejemplo, especialmente para aquellos que tienen varias hectáreas, gozan de buena salud y no producen alimentos.



En su pequeña finca tiene mandioca, batata, poroto, manteca, banana, mango, naranja y limón, entre otros rubros. ‘‘Ya no estoy sano, pero no tengo otra alternativa más que seguir haciendo hasta raja para que podamos comer’’, señaló.

Indicó que nunca más tuvo contacto con sus familiares, quienes estarían creyendo que murió en la guerra. A pesar de los sufrimientos experimentados no se rinde ni se queja de la vida; tampoco pierde la esperanza de que por lo menos en el trajín de su última batalla las autoridades de Bolivia le pasen sus manos solidarias. No en carácter de mendigo, sino porque él se lo merece.







Tanque boliviano Vickers en la Guerra del Chaco.



Nota : Publicado en ABC del Paraguay

sábado, 21 de agosto de 2010

Camisas Blancas


“No son muertos los que en dulce calma la paz disfrutan de la tumba fría, muertos son los que llevan muerta el alma y viven todavía.”









Cuando la juventud padece de indiferencia, miedo e inacción, ahí donde la juventud ha escogido esconderse de sus deberes para hundirse con su vergüenza, no hay esperanzas para la nación.

Esta es nuestra realidad, Bolivia carece del elemento vital que necesitan los pueblos para hacerse grandes, libres y respetados.

Las generaciones que emergen están muertas en vida.

Nada podemos esperar de una juventud que perteneciendo a una generación cuyo destino es la lucha permanece insensible ante las desgracias de nuestra tierra.

Nada tampoco podemos esperar de aquellos que -careciendo de nobles ideales- ponen sus fuerzas invencibles de juventud al servicio de intereses monetarios o al servicio de doctrinas resentidas. Es mísera una juventud que pudiendo ser creadora se dedica a los placeres mundanos de la vida o se rinde ante sus complejos de inferioridad para dar rienda suelta a sus enconos.

Culpables los comunistas del naufragio que sufre nuestra juventud, que mimetizados como maestros de escuela no quisieron enseñarnos civismo.

Pero para nosotros no todo está perdido. Estamos convencidos que nuestra sociedad no está del todo corroída. Existe una juventud adormecida por falta de estímulo, ¡de rebeldía!, que no quiere la manida promesa de una vida cómoda, quiere una vida de riesgos que le devuelva el aliento. Esta juventud despertará al primer soplo encendido de fe, que no ha de venir de la izquierda fútil ni de la derecha superficial, porque está fastidiada de egoísmos. Este impulso sólo podrá venir de una causa altruista como la nuestra, por la que muchos en estos momentos ya se aprestan a luchar.

Nosotros somos un puñado de jóvenes patriotas convencidos de la posibilidad de un mejor destino, porque no hemos aceptado la derrota como un hecho definitivo.

Nuestro único pecado es haber cometido la ‘imprudencia’ de aventurarnos en aquello que los mediocres consideran “asunto de mayores”, con la intención de paralizar las iniciativas más fecundas. Aspecto que no nos afecta, porque es normal que cuando un pueblo ha vivido acostumbrado a la parálisis de su conformismo y a la fetidez de su apatía parezca un pecado -y más que un pecado- una locura el que un grupo de jóvenes impulsados por una ardiente causa, decidan tener una prematura ingerencia en las decisiones políticas del país.

Estamos seguros que nuestra iniciativa generará más de un descontento entre el sector enfermo de nuestra sociedad, que está siempre más dispuesta a aplastar que a impulsar los buenos propósitos. Mismos proyectos como el nuestro en el pasado han tenido que vencer contra un ambiente que a menudo suele descalificar con sobrenombres a la juventud cuando ésta toma la iniciativa y pelea por lo que otros cobardemente no pueden defender.

A nosotros poco nos importa la calumnia, porque siempre nos ha sucedido que al lograr desvanecer una ya nos inventan otra. La fuente de la insidia es inagotable. Pero además tenemos plena certeza de lo que no mata, fortalece. Y aquí estamos, firmes después de muchas tormentas.

Todas estas desgracias de las que hablamos queremos extirpar de nuestra tierra. Para conseguirlo CONVOCAMOS a la juventud a sumarse a nuestra causa. Convocamos a aquellos que tienen los valores para llevar una vida heroica, de sacrificios. Convocamos a quienes quieren escapar del silencio para hacer escuchar su voz de protesta contra las injusticias. A los que quieren renovación, a los que aman el vértigo de lo desconocido. A los que viven asfixiados por el anonimato y siente que su destino es la lucha. A quienes aman entrañablemente a la Patria, a quienes creen que una nueva sociedad es posible. Convocamos a nuestra generación a sumarse a las Legiones de Camisas Blancas, educadas bajo el orden, la disciplina y la jerarquía. Convocamos a quienes creen que la Patria está primero antes que las aspiraciones personales y que por ello le debemos ofrecer todo, hasta la vida misma de ser necesario, porque es de cobardes esperar a actuar por la Patria cuando llegan los tiempos en que solemos engordar.



Ya lo dijimos antes: somos una juventud sedienta de rebeldía, que no sólo traemos al altar de la Patria incendio, sino pólvora. ¡Pólvora para hacer arder en llamas a los enemigos de la libertad y la Patria!



jueves, 19 de agosto de 2010

Curiosidades de guerras antiguas y modernas

Existe la creencia de que el saludo militar utilizado en todo el mundo, que consiste en hacer la venia llevándose la mano derecha extendida a la frente, nació curiosamente en la Edad Media. Según el dato (que corregimos, ya que aquí lo hemos reproducido de fuentes confiables pero es evidemente falso) en esa época, cuando dos caballeros se encontraban en un camino se llevaban la mano (generalmente la derecha) al yelmo, para levantar su visera y ver mejor a su posible oponente.

Sin embargo este origen es falso. En la realidad los caballeros no iban calzados con su armadura durante los viajes. Esta iba aparte, en un caballo de carga que conducía el escudero o un criado. De manera que no era necesario llevarle la mano para subir el yelmo.

En realidad el saludo militar actual deriva del simple gesto de llevarse la mano al borde del sombrero para quitárselo o levantárselo en frente de un superior, ambos signos de cortesía y deferencia hacia esa persona.

Gracias a José Antonio Solís (de la página www.spainswords.com) sus comentarios y correcciones.








Durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja se anotaba en una gran pizarra el hecho (ya de por sí muy tranquilizador). Esto se hacía de manera abreviada, poniendo "0K", que se traducía por "cero killed", cero muertos. Curiosamente, esta muestra de que todo va bien se fue extendiendo al mundo, y el cero se confundió con una O, de donde proviene la conocida frase OK, que simboliza que todo está bien. Sin embargo, parece haber pruebas documentales que dicen que esta expresión ya se usaba muchos años antes, de manera que no tiene tanto peso.

Otra versión (enviada por José Antonio Solís de la página www.spainswords.com, a quien le agradezco sus comentarios) explica que el origen del OK estaría en el antiguo modismo del inglés popular norteamericano: on key. Este se puede traducir como cerrado, es decir, terminado, concluido. En el conflicto civil hubiera servido para marcar que las tropas habían vuelto sin problemas y que el asunto estaba cerrado.

Otra versión de la aparición de esta alocución, enviada por Miguel Jiménez (a quien le agradezco la corrección), detalla que a mediados del siglo XIX el 5% de la población blanca de EEUU (cerca de un millón y medio de personas) eran inmigrantes alemanes. Esto hizo que el inglés que hablaban y escribían estas personas se pareciera en algunos detalles al alemán.

En inglés se usaba la alocución ''All correct'', para certificar en el puerto que era conforme el despacho de un bulto y ''No Go'' para lo contrario. Los germano-parlantes desvirtuaron lo primero al escribir ''Oll Korrect'' y lo abreviaron con sus iniciales O.K. y lo segundo en N.G. que cayó en desuso.

La ficha más antigua que se conoce de O.K. está en el ''Morning Post" de Boston en su edición del 23 de marzo de 1839, se lee:...''Would have the contributions box, etceteras, O.K. - Oll Korrect- and cause the corks to fly...''.

Aparentemente existen varios orígenes posibles del OK, incluido en que involucra la Guerra Civil Estadounidense. Sin embargo, según las investigaciones del linguista norteamericano Alan W. Read e incluídas en su ''American Speech' (1963), la última es la más probable.








El primer soldado francés que fue herido en la Guerra Franco-Prusiana fue también el último en morir, seis meses después, en 1871.







A finales del siglo XVIII quedó demostrado que la caballería puede, bajo ciertas circunstancias, capturar barcos enemigos. Durante las guerras de la Revolución Francesa, el general de caballería Charles Pichegru, que invadió Holanda en el invierno de 1794, encontró barcos holandeses inmovilizados por el hielo frente a la costa. Sin dudarlo, guió a sus húsares a través del campo de aguas heladas y se apoderó de los navíos.

Un hecho similar volvió a suceder en Argentina, durante una de las invasiones inglesas de la primera década del siglo XIX. Un grupo de caballería, al mando del luego muy conocido General Güemes, atacó un buque inglés encallado en el Río de la Plata, debido a una repentina bajada de la corriente. Al parecer el grupo defensor salió ganando.








El único hombre que la Armada de los Estados Unidos colgó por motín fue un hijo de un secretario de Guerra. En 1842, el guardiamarina Phillip Spencer fue declarado culpable, junto con otros dos marineros, de conspirar para usar su barco, el USS Somers, en actos de piratería.








En el año 413 a. C., las huestes atenienses de Demóstenes estaban sitiando Siracusa. Sin embargo, las cosas no estaban funcionando bien, pues su ejército se encontraba semicercado a causa de los refuerzos que recibía el enemigo. De forma que Demóstenes convenció al jefe Nicias de levantar el sitio antes de que fueran arrollados por el enemigo. Cuando se estaban retirando, ocurrió un eclipse de luna, que Nicias consideró de mal agüero; de forma que decretó un aplazamiento de la retirada por espacio de "tres veces nueve días", que prescribieron los adivinos. A pesar de la desesperación de Demóstenes, el ejército ateniense, de 43.000 hombres, no tardó en pasar a mejor vida.





 

Durante la batalla de Alejandría del 21 de marzo de 1801, en donde se enfrentaron las fuerzas inglesas y francesas, se registró una batalla tan encarnizada que dio lugar a dos hechos muy curiosos. Como el ataque fue al atardecer, en la oscuridad el regimiento inglés de infantería 28 (Gloucestersshires) se vio atacado por el frente y por detrás. Como mantuvieron sus posiciones a toda costa, más tarde esta conducta les valió el honor de llevar dos distintivos de regimiento, uno en el frente u otro en el dorso del morrión.

Así, la lucha alcanzó tal intensidad que pronto los dos ejércitos agotaron sus municiones. Se adoptó la opción más lógica: las unidades francesas y británicas prosiguieron la batalla a pedradas, lo cual produjo algunas bajas. Finalmente, la victoria fue británica.







En 1864, durante la Guerra de Secesión Estadounidense, el general Burnside abrió una brecha en la línea confederada frente a Petersburg. Pero la división que tuvo que precipitarse por la brecha no pudo salir de su trinchera de dos metros y medio de alto, porque al general y a sus superiores no se les había ocurrido la idea de llevar escaleras u otras cosas para trepar. Los atacantes formaban torres humanas y salía en cuentagotas, para morir poco después debido a su inferioridad numérica.






Durante la batalla de Austerlitz, el 2 de diciembre de 1805, ocurrió un hecho curioso que quedó grabado en la historia militar. Luchando el ejército de Napoleón contra las tropas del emperador Alejandro I de Rusia y de Francisco II de Austria (por lo que se la conoció como "la batalla de los tres emperadores"), las fuerzas rusas fueron empujadas hacia una zona de estanques de agua congelada. El penetrante calor del "sol de Austerlitz" provocó el debilitamiento de la capa de hielo sobre las que combatían las tropas rusas, que no podían romper el cerco francés pero resistían encarnizadamente. Muchos perecieron al abrirse numerosas grietas en el hielo, precipitandose en las heladas aguas. En un arrebato de astucia estratégica, Napoleón ordenó a su artillería que abriera fuego contra la capa de hielo, terminando así la batalla.







Sun Tzu Wu, escritor de la famosa obra "El arte de la guerra" era nativo del estado de Ch´i. Su obra atrajo la atención de Ho Lu, rey de Wu. Ante su presencia, el rey le preguntó a Sun Tzu si sus pensamientos sobre la guerra y la forma de vencer era aplicable a las mujeres.

El estratega afirmó que sí, e hizo traer 180 mujeres al palacio. Las dividió en dos compañías, y puso a una de las concubinas favoritas del rey al mando de cada una. Les dio armas y les explicó detalladamente cómo presentar armas y cambiar de flanco cada vez que él dijera, por ejemplo, "flanco derecho". Pero al dar esa orden, todas las mujeres comenzaron a reír. Sun Tzu, sin inmutarse, dijo: "si las órdenes no son claras y distintas, si las órdenes no son completamente comprendidas, el culpable es el general."

Comenzó nuevamente el ensayo y al dar la orden de "flanco derecho", las mujeres nuevamente estallaron en carcajadas. El estratega replicó: "si las órdenes no son claras y distintas, si las órdenes no son completamente comprendidas, el culpable es el general. Pero si las órdenes SON claras, y los soldados de todas formas las desobedecen, entonces la culpa es de sus oficiales."

Sun Tzu mandó decapitar a las líderes de ambos grupos. Pero el rey, intentando defender a sus concubinas favoritas, le pidió que no lo hiciera, diciéndole también que estaba satisfecho de su demostración. El famoso estratega replicó: "habiendo recibido de Su Majestad la misión de ser el general de sus fuerzas, hay ciertas órdenes de Su Majestad que, actuando en este rango, no puedo aceptar."

Las concubinas fueron decapitadas y Sun Tzu colocó a las siguientes en la línea de mando, y esta vez las dos compañías obedecieron al pie de la letra todas las órdenes. Luego, le dijo al rey: "sus soldados, Señor, están ahora correctamente entrenados y disciplinados, y listos para una inspección de Su Majestad. Pueden ser utilizados para cualquier misión que su soberano pueda desear; ordénales que vayan a través del fuego y el agua, y no desobedecerán."

domingo, 15 de agosto de 2010

Acta fundacional de Falange Socialista Boliviana





Programa de principios del Nuevo Estado Boliviano

de Falange Socialista Boliviana



Falange: Por ser fuerza organizada para la lucha y el trabajo. Socialista: Porque ha de instaurar en la vida nacional el imperio de la justicia social. Boliviana: Porque se inspira en un profundo fervor patriótico y nacionalista para la solución de nuestros problemas.



La Falange Socialista Boliviana es un movimiento popular que congrega en sus filas a todos los bolivianos que luchan por forjar una Patria grande y justa.



Exige en su organización interna un riguroso concepto de disciplina, como subordinación conciente del individuo a la realización de un fin colectivo; y propugna un sistema de jerarquía, basado en la selección del más apto.



Estos dos conceptos inspiran la estructuración del



NUEVO ESTADO BOLIVIANO

Organismo eterno y supraindividual que represente a la Nación y cuya suprema misión no es esporádica en el tiempo y en la historia, sino que tiene la responsabilidad de eslabonar una continuidad armónica en el destino de las generaciones pasadas, presentes y venideras; y que excluye la indisciplina social representada por dos factores políticos: la desorganización anárquica, producida por el relajamiento del principio de autoridad, y el entronizamiento de tiranías oligárquicas o caudillistas.



El sistema jerárquico suplirá los privilegios clasistas o de grupo, dando opción a cualquier boliviano a ocupar el puesto que su capacidad le asigne.



Será el gobierno de un nuevo sentido democrático: no el derecho político de los más en servicio de los intereses de los menos, sino el deber político de minorías seleccionadas en servicio del pueblo todo.



Bajo los principios de ORGANIZACIÓN, JUSTICIA Y SOLIDARIDAD, el Nuevo Estado Boliviano será un organismo integral que, basado en la voluntad de ser de una Nación, subordinará los intereses personales, de grupo o de clases, al supremo interés de la bolivianidad y podrá cumplir el amplio programa de reestructuración integral a que aspira, para realizar:



1. LA GRANDEZA DE BOLIVIA. Amamos a Bolivia por encima de todo egoísmo. Creemos en el destino eterno de nuestra nacionalidad y en nuestra misión histórica de hacer resurgir en América una Bolivia enaltecida y gloriosa. Luchamos por engrandecer y dignificar la Patria.



2. LA CREACIÓN DEL ALMA NACIONAL. Restaurando la fe en el destino de nuestro pueblo, formaremos un alma nacional inspirada en la tradición de las grandezas y virtudes colectivas; en la fisonomización de un arte y una cultura propios, y en la estima de nuestras posibilidades como Nación.



3. LA UNIDAD DE LA PATRIA. Sólo concebimos la Bolivia única por la vinculación espiritual y material de sus pueblos. Es criminal todo intento de romper la unidad nacional. Morirá para siempre la Bolivia desmembrada y regionalista.



4. LA SOLUCIÓN INTEGRAL DE NUESTROS PROBLEMAS. Nuestra solución revolucionaria será integral. No admitimos transacciones políticas ni remedios unilaterales ni parciales. Forjaremos la conciencia y el destino colectivos íntegramente.



5. FALANGE COMO MOVIMIENTO SOCIAL. No constituímos un mero partido político. Movilizaremos y fortaleceremos todas las energías espirituales, culturales y económicas de la Nación. Nuestra visión social nos hace concebir a Bolivia expresada auténticamente en el florecimiento de todas sus posibilidades.



6. EL TRABAJO DE TODOS BAJO UN RÉGIMEN ORGÁNICO. Nuestra Patria será para todos los bolivianos, sin privilegios de clases.



Todo boliviano se sentirá partícipe de la tarea de crear una Patria y de la alegría y ennoblecimiento que ella le proporcione. El individuo participará de la unidad orgánica del Estado, mediante un régimen corporativo, en que cada uno desempeñe su función de acuerdo a la calidad y especialización de su trabajo.



7. EL IMPERIO DE LA JUSTICIA SOCIAL. Impondremos la más estricta justicia social, dando a todos los hijos de Bolivia bienestar moral y económico. Fomentaremos la explotación de nuestras fuentes de riqueza, solidarizando los factores de producción y organizándola de acuerdo al interés colectivo, haciendo imposible la explotación del hombre por el hombre y la lucha de clases.



8. NUEVO ORDEN ECONÓMICO. Todo boliviano tiene la obligación de trabajar y producir. El trabajo y la producción deben beneficiar a la colectividad entera. Combatiremos la inmovilidad y la fuga de capitales, la hipertrofia del poder financiero de los potentados, y se nacionalizarán progresivamente las principales fuentes de producción.



9. LA REDENCIÓN DEL INDIO. El indio es la raíz de nuestra nacionalidad. Un plan de reforma agraria le dará su liberación económica, y un plan educacional su calidad de dignidad humana.



Haremos del indio un ser apto para cumplir una función social conciente en el Nuevo Estado Boliviano, habilitándolo para un trabajo técnico rural y para su emancipación cultural.



10. LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA. Reformaremos la educación pública. Crearemos la Nueva Universidad Boliviana, con la misión trascendental de preparar generaciones que completen la obra de edificación de una Patria grande.



Socializaremos la cultura, de modo que todos tengan las mismas posibilidades para desarrollar sus aptitudes y aspiraciones. Nuestro movimiento redimirá a Bolivia por el estudio, el trabajo y la honradez.



11. EL PROBLEMA MORAL. Consideramos como factor principal de nuestra decadencia colectiva, el relajamiento de los principios morales del individuo. Extirparemos la inmoralidad funcionaria y el desenfreno de los apetitos, para formar un pueblo austero, consagrado al cumplimento de sus deberes y a la superación de su destino.



12. EL RÉGIMEN FAMILIAR. La familia es la célula matriz de la organización social, constituye el fundamento de la formación integral de la personalidad humana. El Nuevo Estado asegurará respeto, bienestar, estabilidad y superación a la familia boliviana.



13. LA CUESTIÓN RELIGIOSA. Defenderemos los fundamentos de la cultura cristiana. Nuestra filosofía y nuestra moral se inspiran en la doctrina de Cristo.



14. LA INTEGRIDAD NACIONAL. Exigiremos la solución definitiva de nuestros problemas territoriales y de nuestro enclaustramiento geográfico. Para ello, confiamos en una nueva conciencia internacional y en nuestra propia fuerza y voluntad de hacer triunfar nuestros derechos.



15. POLÍTICA CONTINENTAL. Creemos en la unidad de destino de los países indoamericanos y en la necesidad de una política continental de cooperación y comprensión espiritual, para formar un frente único contra cualquier imperialismo extranjero.



16. NUESTRO ESTILO REVOLUCIONARIO. Lo que distingue a la Falange, es su estilo revolucionario. Sus hombres prefieren los métodos decisivos y enèrgicos, y aprecian sobre todo la capacidad de sacrificio. La Falange despertará las energías vitales del País, adormecidas hoy y alistará a todas las fuerzas de la Nación con ella.



17. NUESTRA DOCTRINA FUTURA. Alrededor de estos principios básicos, la FSB faccionará progresivamente un cuerpo de doctrina inspirada en y para Bolivia.



FALANGE SOCIALISTA BOLIVIANA HARÁ UNA BOLIVIA GRANDE Y JUSTA



Firmantes:



Hugo Arias, Germán Aguilar, Oscar Unzaga de la Vega, Federico Mendoza, Guillermo Koening .



Santiago de Chile, 15 de agosto de 1937.



jueves, 12 de agosto de 2010

Retrato del soldado boliviano

El pintor Pablo Alborno retrató a un prisionero boliviano que prestó servicios en su quinta de San Lorenzo, durante la Guerra del Chaco. Era el teniente Rogelio Banega, oriundo de Santa Cruz de la Sierra, el que posó.




Durante la Guerra del Chaco (1932-1935), miles de soldados bolivianos fueron tomados prisioneros por el Ejército paraguayo. Y ante la imposibilidad de alimentarlos, el Gobierno optó por cederlos en grupos a familias respetables de la sociedad. Fue así que el pintor Pablo Alborno recibió en su quinta del kilómetro 10 de San Lorenzo del Campo Grande a varios de ellos. ­




Doña Graciela Michelagnoli viuda de Alborno, última nuera viva del célebre artista nacional, cuenta que entre los soldados que fueron asignados a su suegro vino un oficial: el teniente Rogelio Banega.­



“Mi suegro, seguramente, tenía amistades en los mandos militares y por ahí fue que le ofrecieron un grupo de prisioneros bolivianos para hacerlos trabajar en su casa, ya sea en albañilería, jardinería, en lo que fuera. Pero entre esos soldados rasos vino este teniente que tenía otra educación, otra ilustración; era gente, digamos. Entonces, mis suegros le tomaron mucho afecto e hicieron con él un trato distinto del que le dieron a la tropa común”, comenta la viuda del también pintor Pablo Ernesto Alborno Weyer.­


Atelier europeo. Pablo Alborno en Roma, Italia, durante sus estudios pictóricos, a principios de 1900.





El teniente Banega era muy apreciado en la familia, porque ayudaba a los hijos de los esposos Alborno-Weyer en las tareas escolares, especialmente en matemáticas. Fue por eso que el pintor Pablo Alborno, según recuerdos de su nuera, lo invitó a posar con su uniforme de oficial boliviano para hacerle un retrato al óleo. La obra fue realizada sobre madera y está fechada en el año 1933. Corresponde a las pinturas históricas que retratan los tiempos de sangre y dolor que enfrentaron a dos países hermanos: Paraguay y Bolivia.­



Al finalizar la guerra, con el intercambio de prisioneros entre los ejércitos contendientes, el teniente Rogelio Banega regresó a su ciudad, Santa Cruz de la Sierra.­



El pintor Pablo Alborno Alfaro nació en Asunción, el 7 de junio de 1875. Sus padres fueron el italiano Santiago Alborno y la paraguaya Asunción Alfaro.­


Desde muy joven se distinguió por su vocación para el dibujo y la pintura. A los 9, su padre lo llevó a Montevideo (Uruguay), donde ingresó a la Escuela de Bellas Artes. Su afición por la música le permitió integrar varios conjuntos, como ejecutor de violín y flautín. De regreso a Asunción contactó con los maestros Guido Boggiani y Julio Monet, quienes guiaron sus estudios de pintura. ­



En 1903, fue becado a Europa por el Gobierno paraguayo para perfeccionarse en pintura en la Real Academia de Bellas Artes de Roma. Aprendió técnicas en escuelas clásicas de Venecia y Florencia. Realizó exposiciones en Italia y recibió las felicitaciones personales del rey Umberto III. Ganó importantes premios y presentó incontables muestras de sus trabajos pictóricos.­

Después de 1915, se casó con María Elisa Weyer. A la edad de 83, falleció en su quinta de San Lorenzo del Campo Grande, el 11 de enero de 1958.


tropas paraguayas descargando pertrechos



Tomado de ABC del Paraguay.

CANIBALISMO AYMARA : ZARATE WILLKA Y LA MASACRE DE AYO AYO

Estos son los ponchos rojos, descendientes de los caníbales aymaras que descuartizaron y comieron a chuquisaqueños en ayo ayo. 



LA MASACRE DE AYO AYO


(24 de Enero de 1899)

De acuerdo a los informes recibidos de los soldados del escuadrón “Junín”, que estaban de paso en su retirada de Viacha a Oruro, quienes vieron los cadáveres de sus camaradas en posiciones macabras. Además de escuchar a los vecinos de ese lugar, que, todavía en sus rostros estaba pintado el terror, contaron todo lo acontecido. En base a estos informes, José Ipiña escribe su texto para conocimiento de todos los bolivianos. Particularmente de los chuquisaqueños.



Mientras tanto en Ayo Ayo, en una aparente tranquilidad, se notaba que algo terrible fuera a ocurrir, se dice que un manto plomizo cubría el cielo, se escuchaba el ulular de los chiflones del viento, haciendo mover los pajonales del altiplano.



El Templo de Ayo Ayo, servía de asilo y hospital a los heridos, donde los curas franciscanos, trataban de mitigar el dolor de los heridos, lavándoles con trapos empapados de agua, afuera, los vecinos se preparan asegurando sus puertas, para no ser agredidos.



Don Camilo Blacut, chuquisaqueño, pero vecino de esa localidad, decide protegerse en el Templo, junto a sus dos pequeños hijos, mientras en las cercanías del lugar, expectantes, agazapadas, las hordas aymaras de Zárate Willca, esperan la orden de ataque.

      Estado Mayor de Zárate Willka, los asesinos de Ayo Ayo.




De pronto, rompiendo el silencio pesado, se escucha gritos salvajes, confundidos con el sonido de miles de pututus, los brutos saltan de sus posiciones, rostros cobrizos atizados por el sol, cubiertos con “wayrurus” y sombreros rústicos, invaden las calles de Ayo Ayo, atacan las casas, arrojando antorchas a los tejados de paja, los vecinos, aterrados les abren las puertas para ofrecerles alcohol, con la creencia de no ser dañados.



La indiada, ingresa a las casas atropellando, se apodera de las botellas, para luego beber como si fuera agua, se embriagan más de lo que estaban, en ese estado, se acercan al Templo Sagrado, gritos y saltos demoniacos se nota en estas hordas, al estilo de los “Hunos” de Atila, comienzan a destrozar la puerta, adentro, el padre Jesuita Juan F.de Córdova, capellán de la tropa, reza el “Padre Nuestro”, los soldados ven azorados a la indiada beligerante. Una vez abiertas las puertas del Templo, se abalanzan sobre don Camilo y sus dos hijos, son arrastrados al centro de la plaza, allí, sobre una roca, lo tienden como para hacer un sacrificio humano, le arrancan la lengua, le vacían los ojos, le caen golpes de “makanas”, don Camilo muere horrendamente en medio de un charco de sangre, y ante los gritos desesperados de sus pequeños.





No satisfechos con este horrendo acto, se dirigen al Templo en busca de más víctimas, el padre Fernández de Córdova, sale al atrio portando en las manos un crucifico, lleno de terror y mostrándoles la cruz, exclama: “Háganlo por él, no nos maten, todos somos hermanos”. ¡Dios los castigará!. Todo fue en vano.



El padre Fernández de Córdova, es levantado, luego conducido al centro de la plaza, con golpes de hacha le cercenan los pies, con un tajo de cuchillo le abren su pecho, para arrancarle el corazón, que palpitante aún, desaparece entre los dientes de un caníbal del altiplano.



Los curas franciscanos, son apresados mientras rezaban en el altar, los malditos aymaras se abalanzan sobre ellos, y de inmediato les cae golpes de hachas.



Finalmente son degollados, sus cabezas, son arrojadas de un lado a otro, haciendo un juego macabro, con gritos salvajes de la indiada borracha de alcohol y coca.



El Coronel José de Ávila, se esconde en el sepulcro destinado a la imagen de Cristo, los malditos no respetan el lugar, le sacan, de inmediato recibe puñaladas, dándose fin a su vida, en medio de la algarabía, de estos “Atilas” del altiplano.



Melitón Sanjinez, herido en una pierna, recibe en pleno rostro el impacto de la punta de una picota, crujen sus huesos de su cara, muere instantáneamente, el pico quedó clavado en su rostro.



Félix Morales esta siendo mutilado, desaparecen sus pies y manos (horror se lo están comiendo), luego lo rematan degollándolo.



Víctor Betancour, Ismael Roncal, Eladio Fiengo y Eulogio Selvas, son colgados desnudos boca a bajo en las vigas, con cortes de cuchillo son vaciados sus intestinos, quedan como animales faenados.



A Ricardo Alba, Belisario Lora, Miguel Gonzáles, Jorge Campero, y Mariano Matienzo, ya muertos, con los brazos colgantes, están siendo arrastrados, atados sus pies con cables de telégrafo a los caballos, para luego ser arrojados a las hogueras.



A Calixto Risco, lo están degollando, luego su cabeza es mostrada, por un aymara janigua embrutecido.



Abel Benavides, trata de huir, un certero hachazo en la nuca lo deja en seco. A Pastor Castro, Zacarías Urizar, Claudio Sucre y Adrián Pacheco, “les están arrancado sus lenguas y se las comen”, los borbotones de sangre no los deja respirar, con picos y hachas dan fin a sus vidas, para luego ser clavados en los muros.



Dos muchachos esperan su turno con terror, bien abrazados en un rincón, a Andrés Loza, en poco tiempo lo rematan a machetazos. Su hermanito Belisario, de 12 años, que se quedó a cuidarlo… ¿y de ese niño?…en breves minutos, ¡sólo quedan sus huesos!... ¿Y la carne?...¡¡Horror!!.



¡¡Lugentes Campi!! ¡¡Campos de dolor!!



La iglesia con las puertas abiertas de par en par, se inunda con la sangre de estos infortunados. El altar se convirtió en piedra de suplicio, ya muertos los victimados, siguen recibiendo golpes, que se sienten sordamente en el ambiente



Todo ha terminado; ahora, solo se siente el hedor de los alientos, el hacinamiento de la indiada, los caníbales del altiplano, brindan con alcohol su macabra tarea, y ofrecen coca a la pachamama, se escucha eructos de sus bocas babosas.





Los indios aymaras abandonan el templo, el silencio invade el lugar, sólo se escucha el gemido del viento, como si fuera un llanto aterrador, las vigas de madera, crujen con el peso de los cuerpos colgados, que se balancean en un vaivén, lento y macabro.



Brazos, piernas, cabezas, cuerpos descuartizados, revolcados en charcos de sangre, esparcidos por todo el atrio, que hace días, servía para elevar una oración, ahora, se convirtió en un matadero baldío, lúgubre, tétrico y espeluznante, un escenario dantesco, sembrado de cadáveres mutilados, junto a imágenes religiosas, manchadas de sangre, mudos testigos del dolor y el horror, de esta orgía de muerte:





Así, se inmoló las vidas de estos chuquisaqueños, en su mayoría “Universitarios de Charcas” que conformaron el Escuadrón Sucre, cuando a fines de diciembre de 1898, en emocionante despedida, partieron desde la Plaza 25 Mayo, rumbo al frente de batalla, para defender a Sucre "Capital Plena de Bolivia".



108 años después, las voces de estos “Universitarios de Charcas”, se levantan y resuena en las calles de Sucre



¡¡Paceños Chucutas indios aymaras!! ¡¡No estamos muertos!! ¡¡Venimos de Ayo Ayo!!

“Universitarios de Charcas” .

jueves, 5 de agosto de 2010

¡ Viva la República de Bolivia ! , que los narco - comunistas de evo katari ayma y secuaces se metan su plurinacional por donde les quepa.


185 años de Vida Republicana
"Viva Bolivia: Una Bandera, Una Nación"
Hacia la república Federal!!!





ACTA DE LA INDEPENDENCIA DE BOLIVIA



«Lanzándose furioso el León de Iberia desde las columnas de Hércules hasta los imperios de Moctezuma y de Atahuallpa, es por muchas centurias que ha despedazado el desgraciado cuerpo de América y nutriéndose con su substancia. Todos los Estados del continente pueden mostrar al mundo sus profundas heridas para comprobar el dilaceramiento que sufrieron; pero el Alto - Perú aún las tiene más enormes, y la sangre que vierten hasta el día, es el monumento más auténtico de la ferocidad de aquel monstruo.




«Después de diez y seis años que la América ha sido un campo de batalla, y que en toda su extensión los gritos de libertad, repetidos por sus hijos, se han encontrado los de los unos con los de los otros, sin quedar un ángulo en toda la tierra, donde este sagrado hombre no hubiese sido el encanto del americano, y la rabia del español; después de que en tan dilatada lucha las naciones del mundo han recibido diferentes informaciones de la justicia y legalidad con que las regiones todas de América han apelado, para salvarse, a la santa insurrección; cuando los genios de Junín y de Ayacucho han purgado la tierra de la raza de los déspotas; cuando en fin grandes naciones han reconocido ya la independencia de México, Colombia y Buenos Aires, cuyas quejas y agravios no han sido superiores a las del Alto Perú; sería superfluo; presentar un nuevo manifiesto justificativo de la resolución que tomamos.






«El mundo sabe que el Alto Perú ha sido, en el continente de América, el ara donde se virtió la primera sangre de los libres, y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos: que Charcas, Potosí, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, han hecho constantes esfuerzos para sacudir el yugo peninsular; y que la irretractibilidad de sus votos contra el dominio español, su heroica oposición, han detenido mil veces las impetuosas marchas del enemigo sobre regiones que, sin esto, habrían sido encadenadas, o salvándose sólo con el último, y más prodigioso de los esfuerzos.






«El mundo sabe también, que colocados en el corazón del continente, destituidos de armas, y de toda clase de elementos de guerra, sin las proporciones que los otros estados para obtenerlos en las naciones de ultramar, los altoperuanos han abatido el estandarte de los déspotas de Aroma y la Florida, en Chiquitos, Tarabuco, Cinti, Tumusla en los valles de Sicasica y Ayopaya, y en otros puntos diferentes; que el incendio bárbaro de más de cien pueblos, el saqueo de las ciudades, cadalsos por cientos levantados contra los libres, la sangre de miles de mártires de la patria ultimados con suplicios atroces que estremecerían a los caribes, contribuciones, pechos y exacciones arbitrarias e inhumanas, la seguridad absoluta del honor de la vida, de las personas y propiedades y un sistema, en fin inquisitorial, atroz y salvaje, no han podido apagar en el Alto Perú el fuego sagrado de la libertad, el odio santo al poder de Iberia.







«Cuando, pues, nos llega la vez de declarar nuestra independencia de España, y decretar nuestro futuro destino de un modo decoroso, legal y solemne, creemos llenar nuestro deber de respeto a las naciones extranjeras, y de información consiguiente de las razones poderosas y justos fundamentos impulsores de nuestra conducta; reproduciendo cuanto han publicado los manifiestos de los otros estados de América con respecto a la crueldad, injusticia, opresión y ninguna protección con que han sido tratados por el gobierno español; pero si esto, y la seguridad con que protestamos a presencia del gran padre del Universo, que ninguna región del continente de Colón ha sido tan tiranizada como el Alto Perú, no bastase a persuadir nuestra justicia, apelaremos a la publicidad con que las legiones españolas, y sus jefes más principales, han profanado los altares, atacado el dogma, e insultado el culto al tiempo, mismo, que el gabinete de Madrid ha fomentado desde la conquista, la más hórrida y destructora superstición: les mostraremos un territorio con más de trescientas leguas: de extensión de norte a sur y casi otras tantas de este a oeste, con ríos navegables, con terrenos feraces, con todos los tesoros del reino vegetal en las inmensas montañas de Yungas, Apolobamba, Yuracaré, Mojos y Chiquitos, poblado de los animales los más preciosos y útiles para el sustento recreo e industria del hombre, situado donde existe el gran manantial de los metales que hacen la dicha del orbe, y le llenan de opulencia.





Con una población, en fin, superior a las que tienen las repúblicas Argentina y la de Chile; todo esto les mostraríamos y diríamos: ved que donde ha podido, existir un floreciente imperio, solo aparece, bajo la torpe y desecante, mano de Iberia, el símbolo de la ignorancia, del fanatismo, de la esclavitud e ignominia, venid y ved, en una educación bárbara calculada para romper todos los resortes del alma, en una agricultura agonizante guiada por sola rutina, en el monopolio escandaloso del comercio, en el desplome e inutilización de nuestras más poderosas minas, por la barbarie del poder español, en el cuidado con el siglo XIX se ha tratado de perpetuar entre nosotros solo los conocimientos, artes y ciencias del siglo VIII; venid en fin, y si cuando contempláis nuestros hermanos los indígenas hijos del grande Manco- Capac, no se cubren vuestros ojos de torrentes de lágrimas, viendo en ellos hombres los más desgraciados esclavos tan humillados, seres sacrificados a tantas clases de tormentos, ultrajes y penurias, diréis, que respecto de ellos parecerían los Ilotas ciudadanos de Esparta y hombres muy dichosos los níjeros ojandalams del Indostán concluyendo con nosotros, que nada es tan justo como romper los inicuos vínculos con que fuimos uncidos a la cruel España.





«Nosotros habríamos también presentado al mundo una necesaria y grande manifestación de los sólidos fundamentos con que después de las más graves, prolijas y detenidas meditaciones, hemos creído interesar a nuestra dicha, no asociamos ni a la república del Bajo Perú ni a la del Río de la Plata, si los respetables congresos de una y otra, presididos de la sabiduría, desinterés y prudencia, no nos hubiesen dejado en plena libertad para disponer de nuestra suerte. Pero cuando la ley del 9 de mayo del uno, y el decreto de 23 de febrero del otro, muestran notoriamente un generoso y laudable desprendimiento, relativamente a nuestro futuro destino, y colocan en nuestras propias manos la libre y espontánea decisión de lo que mejor conduzca a nuestra felicidad y gobierno; protestando a uno y otro estado eterno reconocimiento, junto con nuestra justa consideración, y ardientes votos de amistad, paz y buena correspondencia hemos venido por unanimidad de sufragios en fijar la siguiente:








«Declaración: La representación soberana de las provincias del Alto-Perú, profundamente penetrada del grandor e inmenso peso de su responsabilidad para con el cielo y la tierra, en el acto de pronunciar la suerte futura de sus comitentes, despojándose en las aras de la justicia todo espíritu de parcialidad, interés y miras privadas; habiendo implorado, llena de sumisión y respetuoso ardor, la paternal asistencia del Hacedor santo del orbe, y tranquila en lo íntimo de su conciencia por la buena fe, detención, moderación, justicia y profundas meditaciones que presiden a la presente resolución, declara solemnemente a nombre y absoluto poder de sus dignos representados: Que ha llegado el venturoso día en que los inalterables y ardientes votos del Alto Perú, por emanciparse del poder injusto, opresor y miserable del Rey Fernando VII, mil veces corroborados con la sangre de sus Hijos, consten con la solemnidad y autenticidad que al presente, y que cese para con esta privilegiada región la condición degradante de colonia de la España, junto con toda dependencia, tanto de ella, como de su actual y posteriores monarcas: que en consecuencia, y siendo al mismo tiempo interesante a su dicha, no asociarse a ninguna de las repúblicas vecinas, se erige en un Estado soberano e independiente de todas las naciones, protestan a la faz de la tierra entera, que su voluntad irrevocable es gobernarse por sí mismos, y ser regidos por la constitución, leyes y autoridades que ellos propios se diesen y creyesen más conducentes a su futura felicidad en clase de nación, y el sostén inalterable de su santa religión Católica, y de los sacrosantos derechos de honor, vida, libertad, igualdad, propiedad y seguridad. Y para la invariabilidad y firmeza de esta resolución se ligan, vinculan y comprometen, por medio de esta representación soberana, a sostenerla tan firme, constante y heroicamente, que en caso necesario sean consagrados con placer a su cumplimiento, defensa e inalterabilidad, la vida misma con los haberes, y cuanto hay caro para los hombres. Imprímase comuníquese a quien corresponda para su publicación y circulación. Dada en la sala de sesiones en 6 de agosto de 1825, firmada de nuestra mano, y refrendada por nuestros diputados secretarios».

martes, 3 de agosto de 2010

El SERVICIO SECRETO BOLIVIANO en la Guerra del Chaco

Grupo de prisioneros paraguayos.

La Paz, 1934. La guerra entre Bolivia y Paraguay transita su tercer año. Mientras la mayoría de la población anda ansiosa por saber noticias del Chaco, donde centenares de soldados mueren por las balas, el hambre y la sed; otros, como un vendedor de corbatas en inmediaciones de San Francisco, siguen su rutina. Para todos, él sólo es eso: un comerciante ... no para los agentes especiales del Servicio Secreto Boliviano (SSB).




Días de seguimiento han permitido al grupo de Inteligencia llegar a la conclusión de que tras ese kiosko se esconde un espía paraguayo. El infiltrado pasa información directa a su país sobre la movilización de tropas bolivianas y la llegada de armamento. La red de la que él forma parte es descubierta por la “Operación Rosita”. El “pila” es en realidad el capitán Freitas, un oficial asentado en La Paz desde 1928.

“En la Guerra del Chaco peleamos además contra el espionaje de Paraguay y sus aliados, Argentina y Chile”, expone el general de ejército Luis Fernando Sánchez Guzmán, autor del libro Soldados de Siempre. En él revela las operaciones de espionaje boliviano realizadas entre 1933 y 1935. Una aventura, al puro estilo Bond.





El secreto de los carnavales


Había transcurrido un año y cinco meses desde el cerco a Boquerón (septiembre de 1932) y casi 365 días del triunfo boliviano en la batalla de Kilómetro Siete (noviembre de 1932-febrero de 1933). En medio de esa emergencia, una fiesta privada de carnavales se organiza ese 1934. La celebración sólo es una fachada.



Asisten civiles y militares, algunos recién llegados del campo de acción. Entre los 48 invitados se encuentran Rosa Aponte Moreno, una joven cruceña de 20 años; el ex combatiente Gastón Velasco Carrasco, el migrante español Alfredo Fernández Sibauti y el párroco mexicano Alfonso Ivar.



La intención: armar el que sería el Servicio Secreto Boliviano para trabajos de espionaje y contraespionaje. Todo el grupo, conformado íntegramente por voluntarios, es entrenado por el alemán Karl Heming. “Karl había combatido en la primera Guerra Mundial y formaba parte de una colonia alemana que se identificó desde el primer momento con la causa boliviana”, formula el general Sánchez. Otros colaboradores germanos en la misión fueron Wálter Mass y Otto Berg.



La Operación Rosita



En 1934, mientras paraguayos y bolivianos luchan a muerte en las candentes arenas chaqueñas, el SSB alista un operativo. De Potosí llega la noticia de la instalación de un Consulado de Paraguay en La Quiaca, Argentina. La posición es estratégica pues el grueso del ejército boliviano pasa por Villazón, a metros de la frontera. Algo se cocina desde Asunción.



Rosita Aponte trabajaba en el Parlamento antes de ser entrenada por el SSB y destinada a Villazón con un grupo de Inteligencia integrado por otras dos damas, por Gastón Velasco y Carlos Ackerman, un experto en cajas fuertes.



La bella cruceña abre una pensión cerca de la legación diplomática guaraní y, con la complicidad de sus dos amigas, conquista a los funcionarios consulares, a quienes invita a un baile. “Todo estaba planificado. Ellas entraron como ciudadanas peruanas”, reseña el escritor. Esa noche, mientras los paraguayos se divertían, Velasco y Ackerman ingresan al Consulado y sustraen de una caja fuerte documentos que permiten descubrir la red de espías que operaba en suelo boliviano. “Cayeron argentinos, paraguayos, chilenos y hasta bolivianos ligados a ellos”, resume Sánchez.



Uno de los descubiertos fue el capitán Freitas, el vendedor paraguayo de corbatas en San Francisco que enviaba informes a su país. El delator fue fusilado en La Paz. Esta misión se llamó “Operación Rosita”, por Rosa Aponte.



El mismo 1934, el SSB descubre que funcionarios chilenos que vivían en La Paz eran agentes paraguayos. Había que hallar pruebas que los incriminen.



Rosa abre un prostíbulo por la plaza Riosinho. Dos chilenos llegan al lugar y pasan la noche con dos damas. Al día siguiente, ya en el domicilio de uno de ellos, por las calles Colombia y México, ingresa un desfile militar. Los trasandinos asoman sus cabezas y junto a ellos las dos mujeres. Desde abajo, agentes les toman fotos con las que luego son chantajeados para dar a conocer los nombres de otros informantes.



Rosa Aponte participa de más acciones antes de casarse con un oficial. Muere en los años 90.



En el corazón del enemigo



Nacido en España, Alfredo Fernández Sibauti se cría en Sucre. Una vez estallada la guerra, el Españolito —como después fue bautizado— pasa a formar parte del SSB. El delgado hombre con grandes dotes para la actuación es encomendado en 1934 a entrar en el corazón del enemigo.



Su maestro es Gastón Velasco, el mismo que ayudó en La Quiaca a descubrir la red de espías. El nuevo agente, que no pasa de los 30 años, una vez en Asunción y tras declarar su pretendido “odio” a los bolivianos, logra ser aceptado en el grupo de espionaje de ese país. Fernández Sibauti envía inestimable información a Bolivia desde las mismas oficinas del Servicio de Inteligencia Paraguayo. Gracias a esos datos, la cañonera Humaytá quedó fuera de acción tras la explosión de una carga de dinamita en su caldera.




Con sus informes se desbarata más redes de espionaje y se captura agentes enemigos en Arica, Chile. Sin embargo a fines de 1934, el Españolito es interceptado por la Inteligencia paraguayo-argentina, torturado y luego acuchillado en un hospital.



El cura de las pistolas



Sólo por su apellido, Zetaro, se conocía en La Paz a un argentino que proviene de una familia adinerada de Tucumán. Recién llegado, en los años 30, el migrante se contacta con los grupos de poder locales y en 1934 se ofrece como voluntario para ser agente de la Inteligencia boliviana. En su vertiginosa carrera, llega incluso a ser el estafeta del que después sería Presidente de la República: el Tcnl. Germán Busch.



El accionar de Zetaro pasa desapercibido para todos, excepto para el SSB. Aquí entra en escena el mexicano Alfonso Ivar, sacerdote de día y cazador de desertores por la noche.



Llegado de México a principios de los años 30, Ivar trabaja ya como agente secreto para el gobierno de Daniel Salamanca. Famoso por “pescar” delatores en los bares, llega a ser Jefe de Policía durante la Guerra del Chaco. “Dicen que andaba con sotana y con una pistola en la cintura”, refiere el general Sánchez.



El cura mexicano, fanático de la causa boliviana ante Paraguay, dirige la investigación de Zetaro y descubre que el argentino es parte de una red paraguaya de espías. Pese a la constatación, el protocolo diplomático impide que el gobierno boliviano tome acciones. “Era como ganarnos un lío con Argentina”, dice Sánchez.



Zetaro, expulsado del país, parte en tren a Guaqui. En el viaje, repentinamente se detiene la locomotora y aparece en persona el cura Alfonso, quien ejecuta al argentino con dos disparos. Años después, Ivar sería asesinado en Perú, en su ley.



El gladiador Ustáriz



En el Curso de Cóndores Satinadores en Sanandita, Tarija, el capitán Víctor Ustáriz Arce personifica el ideal del soldado boliviano. Llamado Charata y Baqueano, el tarateño se convierte, desde 1923, en una pesadilla de los paraguayos.



“Como los límites entre Bolivia y Paraguay no estaban definidos, instalar guarniciones y fortines era común antes de la guerra, y en ello Ustáriz fue el mejor”, desliza el teniente José Luis Alarcón, que ultima detalles del libro Vida y Muerte del Satinador # 1 de Bolivia. Para los militares, el satinador es el especialista en tácticas de guerra en el frente de acción.



En los años 20, el entonces teniente Ustáriz aprende todos los secretos del Chaco de su inseparable amigo: un mataco a quien bautiza como Cabo Juan. Con esos conocimientos, más de una vez se infiltra en las filas “pilas”. En 1928 desafía a la metralla enemiga y con una fracción de soldados toma el Fortín de Boquerón de manos paraguayas.



Ustáriz recibía tratamiento médico en Buenos Aires cuando estalla la Guerra. El cerco a Boquerón, en agosto de 1932, le impulsa a volver a Bolivia para viajar al Chaco. El ya capitán se presenta ante el entonces general José Luis Peñaranda, el 7 de septiembre de 1932, y con una patrulla abre una ruta hasta Toledo. Al día siguiente recibe la orden para entrar a Boquerón y socorrer a los 600 soldados bolivianos que eran hostigados por unos 13 mil #“pilas”.







Ustáriz, que conoce el terreno como la palma de su mano, entra al cerco a las 21.00 del 11 de septiembre junto a 54 soldados y se reúne con el Tcnl. Manuel Marzana. Es difícil resistir el embate del enemigo, por lo que el Baqueano decide abrir una brecha. Al día siguiente, su destacamento en pleno ve cómo una ráfaga de metralla frena por el frente y la retaguardia el avance del Charata en la trinchera. El capitán muere a sus 35 años.



“Ustáriz muere combatiendo cara a cara con el enemigo. Herido de muerte, cae sobre su arma besándola como si fuera una cruz”, refiere el teniente Alarcón.



Audaz, el aporte de Ustáriz, el primer espía militar de Bolivia, y de los agentes civiles Aponte, Fernández, Velasco, Ackerman e Ivar, entre otros —como Elvira Llosa, que luego de casó con Raúl Salmón— fue fundamental para Bolivia. Ellos escribieron con gloria la historia de los espías bolivianos.



Los agentes secretos bolivianos lograron descubrir la red de espías paraguayos, argentinos y chilenos que operaba desde La Paz.



Texto: Jorge Quispe

Fotos: Miguel Carrasco, Tte. José Luis Alarcón, tomadas del libro "Soldados de Siempre" y archivo de la Academia Boliviana de Historia Militar-FFAA.



* Publicado en La Razón, el 27 de setiembre de 2009.

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