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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Boquerón, Extractos del Diario de Campaña del teniente coronel Manuel Marzana (Final)





La resistencia de Marzana y de los valientes soldados del Ejército de Bolivia comenzó a comentarse en el exterior; un periódico argentino de Buenos Aires (días antes del fin de la batalla) señaló en su portada lo siguiente a sus lectores:




" En Boquerón están escribiendo unos pocos soldados bolivianos la más bella página del heroísmo americano. Contados centenares de hombres luchan desde hace 15 días no solamente contra el enemigo mucho más numerosos, sino contra el hambre y la sed que les han impuesto los sitiadores. Antes que rendirse prefieren la muerte".




26 de septiembre-decimo octavo día de batalla.


Se produce el ataque general de la infantería enemiga a lo largo de las trincheras, obligando a los defensores a batirse como leones. Se apunta bien pues de lo contrario la ruptura sería inminente. El fortín se torna en un infierno con el fuego cruzado de todos los frentes.

Por primera vez los paraguayos logran romper las defensas, pero se realizan acciones para recuperar el control, el costo de vidas es alto en esta defensa.

Como estaba previsto, después de dictarse las correspondientes órdenes, se inicia en la mañana de este día el ataque definitivo de los paraguayos sobre Boquerón. concentran sus fuegos en un frente de 200 metros y al cabo de quince minutos, fracciones de tropas paraguayas, en audaz avance se apoderan de pocos metros de trincheras. Este avance no progresa por la decisión de los defensores, cuya capacidad de combate se mantiene incólume. Los reductos bolivianos resultan infranqueables.


La artillería paraguaya que tenía la misión de destruir los reductos de la defensa, no concentra sus fuegos sobre las posiciones de Boquerón y los diluye en todos los sectores, no sin causar bajas.

Los defensores de Boquerón, afectados de deshidratación, hambrientos y faltos de municiones, se muestran desesperados. Los pocos víveres y pertrechos que lanzan los aviones, no alivian en nada la difícil situación a la altura en que se hallaba el combate.


Una granada de mortero alcanza al valeroso Sbte. boliviano Luis Reynolds Eguía, cuando éste oficial trataba de desalojar de las trincheras que habían ocupado los paraguayos.

Las tropas de Estigarribia sufren en este día uno de los grandes reveses de la guerra, pues no logran tomar el reducto boliviano cuando esto parecía seguro.




27 de septiembre-décimonoveno día de batalla.

Amanece con una regadera de granadas y proyectiles de artillería con la intención de definir en el día la batalla que se prolonga por tiempo incalculado por el comando adversario. Tenemos la impresión, hoy día, que por fin llegó el desenlace y la liquidación de los que todavía vivimos en Boquerón.

Casi la totalidad de las tropas del ejército paraguayo se nos vienen encima. Ya no cabe otra alternativa: acabar con las piltrafas que aún quedan (...) sin embargo no pueden romper la cadena de trincheras pues no se imaginaron lo inexpugnable que resultaron.

Los defensores de Boquerón ensayan una vez más un supremo esfuerzo para conseguir el ingreso de refuerzos al fortín. Se ordena que el Cap. Luis Rivero, al mando de una pequeña fracción de soldados, abrirse paso hacia Yujra.Rivero trata de romper el cerco y aunque lucha valerosamente, es rodeado por el enemigo y muere juntamente con todos sus subordinados.


Este día el Capellán Luis Alberto Tapia sobrevuela en avión sobre el fortín y lanza una proclama a los defensores de Boquerón.


Una reunión de generales acuerda que no se abandone Boquerón y se mantenga la defensa durante diez días más, ya que se pensaba concentrar fuerzas y liberar a los sitiados en un ataque masivo. Sin embargo, los defensores, que se hallan exhaustos por la sed, el hambre, una lucha de 22 días y faltos de municiones, veían aproximarse el fin, cuando el cerco era un círculo de hierro y fuego impenetrable.

Muere en Boquerón el Capitán tomás Manchego, otro experimentado oficial, alcanzado por fragmentos de una granada paraguaya. Había conducido a las tropas bolivianas que ocuparon el fortín Rojas Silva.






28 de septiembre-vigésimo día de batalla.

Se plantea las bases de una tregua con el enemigo o bien como último recurso una evacuación ya que no podía salvarse de otra manera el honor militar.

La nota expresaba

"El comandante del Fortín, al señor comandante de las fuerzas paraguayas en su puesto de combate.- Señor coronel: El oficial parlamentario portador de la presente nota, capitán Antonio Salinas, lleva la misión de entrevistarse con usted, en representación mía y con instrucciones verbales. Podríamos señalar hora y lugar para conversar.- Dios guarde a Ud." decía la nota firmada por el coronel Marzana.

Asimismo, el teniente Cuenca hacía conocer en su parte informativo "no tenemos munición estamos sin comer varios días, la sed nos va matando lentamente. Es necesario que ustedes los jefes pongan remedio a la situación", personalmente me he convencido de que efectivamente los últimos cartuchos tienen en la recámara del fusil; las ametralladoras con media banda y algunas sin nada; casi todos, apuntadores y tiradores se hallan con los fusileros. Ante lo que he visto, tengo el convencimiento pleno de que la captura del fortín era cuestiuón de horas.

En la tarde de este día el Comandante Marzana reúne a la oficialidad de Boquerón para tratar con ellos la capitulación de la plaza y la retirada de las tropas, por falta de víveres y municiones y considerando las condiciones físicas de la guarnición, que se halla extenuada al extremo. Durante el día, el General Montes sobrevuela Boquerón y mediante mensajes pide a los defensores mantenerse en la defensa por diez días más, asegurándoles la victoria contra las fuerzas de asedio.



Es muy posible que algunos ejemplares de este mensaje hubieran caído en manos de los atacantes, ya que inician un hostigamiento con toda clase de armas, preparando para la mañana siguiente lo que suponían el asalto definitivo.


Los defensores a pesar de todas las adversidades, continúan su feroz resistencia, ya sin esperanza de victoria.


No obstante, los bolivianos mantienen la lucha con los pocos medios que les restan.

La lucha por el agua en el fortín Boquerón fue dantesca. Para proveerse de este elemento existía un pozo que mal abastecía las necesidades de los defensores y, lo que es peor, estaba perfectamente ubicado por piezas enemigas que disparaban sobre él durante el día y la noche, motivo por el cual muchos soldados de ambas nacionalidades que trataban de proveerse caían muertos dentro y sus cadáveres flotaban en la superficie de las aguas en completo estado de descomposición, lo que hacía esa agua muy peligrosa para la salud.





29 de septiembre-vigésimo primer día de batalla.

05.30 recibo parte del sector Romero indicando que vieron salir al oficial parlamentario Capitán Antonio Salinas acompañado por el suboficial Carlos de Avila a los pocos minutos, indica el parte "se escuchan voces de oficiales paraguayos: cesar el fuego y seguidamente gritos, algazara, vivas a la patria y, sin más trámite en carrera veloz e incontenible, invaden nuestras posiciones una masa de miles de soldados paraguayos, "bandera blanca", "rendición boli", gesticulaban.

No había forma de hacer comprender que se trataba de "bandera de parlamentario". La novedad corrió como reguero de pólvora encendida a lo largo de todas las líneas.

El 29 de septiembre de 1932, una vez agotadas sus municiones, agua y comida, se alzaron banderas blancas en Boquerón. En principio el pedido de tregua era para precautelar la vida de un negociador que tratara ante Estigarribia la retirada de los 400 defensores bolivianos que quedaban con vida, pero las tropas paraguayas entendieron que se trataba de una rendición y tomaron el fortín.



La resistencia de Marzana y de los valientes soldados del Ejército de Bolivia comenzó a comentarse en el exterior; un periódico argentino de Buenos Aires (días antes del fin de la batalla) señaló en su portada lo siguiente a sus lectores:

" En Boquerón están escribiendo unos pocos soldados bolivianos la más bella página del heroísmo americano. Contados centenares de hombres luchan desde hace 15 días no solamente contra el enemigo mucho más numerosos, sino contra el hambre y la sed que les han impuesto los sitiadores. Antes que rendirse prefieren la muerte". (Marzana: pág. 257)


La batalla de Boquerón fue una escuela para los soldados y oficiales paraguayos recién graduados de la Academia Militar Francisco Solano López, se cometieron muchos errores tácticos fruto de la inexperiencia de la tropa, prueba de ello es el número de bajas sufridas por los paraguayos.


Pero como toda escuela deja su lección, después de Boquerón, los paraguayos aprendieron lo difícil que era tomar una posición defendida con trincheras con asaltos a campo abierto, un mejor uso de la artillería, la aviación y a no llevar animales que puedan espantarse con las explosiones y estampidos.


Lo aprendido en Boquerón permitió a Paraguay replantear sus estrategias y llevar una mejor campaña en las batallas posteriores.

 

 

Boquerón, Extractos del Diario de Campaña del teniente coronel Manuel Marzana (Parte V)






20 de septiembre-duodécimo día de batalla.

Doce días de batalla, asedio tenaz y continuado, de hambre y de sed pero no han conseguido doblegarnos; se sigue combatiendo con la misma fuerza y moral del primer día.

Este es el duodécimo día de amago a Boquerón, con toda clase de armas. Se establece un riguroso racionamiento de agua entre los defensores debido a que el enemigo tiene varias armas regladas sobre el pozo de abastecimiento donde ya habían muerto muchos soldados.



Los aviones bolivianos bombardean a las tropas enemigas que asedian el fortín.


Una patrulla enemiga incursiona en el fortín Cuatro Vientos y al fracasar en su intento es perseguida por fuerzas bolivianas.


Los víveres en Boquerón escasean y se prevé que sólo podrán abastecer dos días más.



21 de septiembre-decimotercer día de batalla.

Desde las 05.00 las posiciones del sector del mayor Ocampo reciben fuerte ataque enemigo el fuego muy vivo de ametralladoras y fusiles pone en serio peligro dicho sector pero la tropa que había sido prevenida por los patrulladores, rechaza con la mayor energía, batiendo a los asaltantes hasta ponerlos en fuga hacia el monte donde se internan dejando en el campo muchos muertos y heridos y algunos fusiles que son recogidos en la noche.

Se ordena la salida del destacamento Montalvo que no tenía órdenes de quedarse en el fortín sino de establecer una línea de comunicación.

Continúan los ataques al fortín Boquerón y en este día, por la zona intentan un nuevo ataque violentamente rechazado por los defensores.


Desde días antes, los paraguayos se hallan empeñados en estrechar el cerco; en esta maniobra se emplean al Reg. de Infantería 4 al Reg. de Infantería 6 y al Reg. de Caballería 2, cuyos jefes dicen que cerrarán la "última puerta a los bolís".


Intranquilizados por la resistencia boliviana, los oficiales se preguntan ¿Por qué no cae Boquerón?, ¿por dónde reciben refuerzos los bolivianos?, finalmente ¿dónde se ubica el principal reducto del fortín?.


Mientras tanto, en el fortín escasean los víveres y hay un riguroso racionamiento de agua y municiones.


Por las noches los soldados bolivianos se aventuran hacia el campo de tiro, donde innumerables cadáveres "pilás" (paraguayos) abandonados están en estado de putrefacción, para proveerse de agua, galletas y munición pertenecientes a los cadáveres enemigos, desafiando el hostigamiento paraguayo.







22 de septiembre-decimocuarto día de batalla.

Amanece como anteriores días, con hostigamiento de artillería y un avance sistemático de grupos de combate con ametralladoras livianas.

Las tropas paraguayas mantienen su intento de retomar Boquerón hostigando continuamente el fortín. Se calcula que hasta la fecha las tropas enemigas han perdido 3.000 soldados y 33 jefes y oficiales.



El soldado boliviano Eulogio Rivas, en un patrullaje a fondo sobre el antiguo camino a Isla Poí, captura dos ametralladoras y da muerte a dos oficiales enemigos. Por esta hazaña es ascendido a Cabo en el campo de batalla.


En la noche de este día, salen de Boquerón los Tenientes Germán Busch y Arturo Montes con 15 soldados del Regimiento Orureño 6º de Caballería, por la picada Boquerón - Yujra, burlando la estricta vigilancia enemiga del cerco, pasando a escasos metros de los puestos paraguayos.


Informan dichos oficiales lo siguiente:"el intenso bombardeo al fortín está lesionando la moral de los defensores, que hay un racionamiento martirizante de agua y víveres y que la falta de municiones obliga a disparar sobre blancos efectivos".





23 de septiembre-decimoquinto día de batalla.

Llega la primera nota de abandono de Boquerón "Contra ataque prepárese mañana debe tener como principal objetivo aprovisionamiento mayor cantidad posible víveres y munición a Boquerón. Caso no lograrse objetivo se persigue ordenará usted abandono de Boquerón, que podrá realizarse mañana en la noche o al amanecer del día 25 de acuerdo plan propuesto.

Prosigue la defensa de Boquerón. La aviación boliviana socorre a los sitiados nuevamente con víveres y municiones que se destruyen con el impacto a tierra.Los aviones no se acercaban más al suelo por el posible fuego antiaéreo paraguayo.



Dentro del fortín, los médicos Eduardo Brito y Alberto Torrico, ejercitan la atención de los enfermos y heridos con abnegación, por falta de drogas y elementos de curación. Es cada vez más angustiosa la falta de agua y víveres.




24 de septiembre-decimosexto día de batalla.

Patrullas avanzadas en el bosquecillo observan que los fusileros paraguayos se hallan emboscados muy cerca de Boquerón con el objeto de impedir el paso de nuestras tropas que vienen de Lara.

Frente a la tenacidad de la defensa boliviana de Boquerón, los jefes paraguayos se sienten impacientes y para mantener la moral de sus tropas, uno de ellos, el My. Carlos Fernández, arenga a los suyos: A mi que pé kyjyyé pee mitá Boquerón co ya yagarrá potaité ñaina; cimé oyecuaama la bandera yba, che ayu ajhechá güí jhiná (No tengo miedo muchachos. Estamos por tomar Boquerón, ya se divisa el asta de la bandera; yo vengo a ver eso).



Boquerón debe ser abandonado este mismo día, se dispone que la defensa se realice en el sector Ramírez - Yujra; esas son las disposiciones que toman los oficiales bolivianos en vista a las circunstancias apremiantes.





25 de septiembre-decimoséptimo día de batalla.

Se oye combate en las inmediaciones de Yucra; un intenso bombardeo por nuestra artillería y las 08.00 horas por nuestros aviones. Por la senda Lara se oye de momento a momento tiroteo de fusil y ráfagas de ametralladoras patrullas de exploración enviadas al bosquecillo oeste de Boquerón dan parte de que a 150 metros de nuestras posiciones más adelantadas los paraguayos se anidan en el monte, se presentan aviones en el fortín sin efecto alguno.

En horas de la tarde se presentan aviones propios y arrojan 6 bultos, con tan mala suerte que caen 3 en campo paraguayo.

Los combates en Boquerón se mantienen con la misma intensidad. El enemigo aumenta constantemente sus efectivos que llegan a más de 18.000 hombres. En el exterior del cerco, desplazados entre Yujra, Lara, Castillo y Ramírez, hay 2.500 soldados bolivianos. Las tropas enemigas siguen estrechando el cerco a Boquerón.



Los jefes paraguayos están seguros de haber controlado completamente las incursiones bolivianas exteriores a Boquerón y asegurado el cerco, decretándose la caída de la guarnición boliviana.


Los aviones siguen lanzando víveres y municiones sobre el fortín, con los resultados conocidos.


En el Comando paraguayo hay desesperación para lograr la captura del fortín cercado y preparan un decisivo asalto, a cuyo objeto pretenden abrir una brecha de 200 metros, concentrando en este punto 12.000 hombres, 35 cañones, 8 obuses de 105, 14 piezas de 75, 2 piezas de 65 y 11 morteros Brandt, para terminar con la tenaz resistencia de los bolivianos sitiados.




miércoles, 15 de septiembre de 2010

Boquerón, Extractos del Diario de Campaña del teniente coronel Manuel Marzana (Parte IV)

15 de septiembre-séptimo día de batalla

La batalla se produce en dirección de Yucra notándose mucha actividad de tropas que pasan a reforzar las líneas paraguayas.

A las 9 de la mañana vuelan 2 aviones propios sin lastrados ni proclamas.

En horas de la tarde se hacen presentes en el aire 3 aviones paraguayos para ver la lucha a través de los campos enrojecidos por la sangre de los combatientes, evolucionan y observan el teatro de operaciones por bastante tiempo.

Las tropas paraguayas reciben más refuerzos. El bombardeo que se sucede día y noche, no causa daños considerables a los defensores del fortín; pues, de más o menos 6.000 granadas disparadas, sólo alcanzan sus objetivos menos de 50.


Boquerón no se hallaba completamente cercado; existían claros que pudieron ser utilizados para filtrar tropas. Tratando de burlar el asedio, sale en comisión especial el Sbte. Francisco Lazcano Antezana quien, al ser descubierto por el enemigo, recibe cuatro disparos que provocan su muerte.


Por su parte, el Sgto. Deheza, a la cabeza de 16 hombres logra ingresar a Boquerón, rompiendo el cerco desde el sector "Castillo".


El Destacamento boliviano Peñaranda, con una parte del "Campero" y una compañía del Regimiento de Infantería Nº 7 a órdenes del Cap. S. Pol B., apoyados por una pieza de artillería y un pequeño tanque, tratan de romper el cerco por el sector Yujra, siendo rechazados violentamente por el enemigo. En esta acción entrega su vida el Sbte. Alberto Cárdenas Soto.









16 de septiembre-octavo día de batalla


Amanece, en tranquilidad absoluta. A las 10.30 asoman 2 aviones propios y arrojan 5 bultos conteniendo pan y munición para fusiles 940 cartuchos útiles.

En horas de la tarde se desata el fuego de obuses 105 hostigamiento a varios sectores entre las posiciones, patios y avenidas, tiene que ser la preparación de asaltos violentos de la infantería.

Abasteciendo a los defensores de Boquerón, los aviones bolivianos arrojan cinco bultos conteniendo víveres y munición. Una parte cae en el fortín y otra en las filas paraguayas. Nada de este socorro puede aprovecharse ya que el fuerte impacto con tierra los destruye.


Muere en acción el Mayor As. Kenneth John Locart, ingeniero de nacionalidad estadounidense, quien conducía un tanque de guerra, dispuesto a dar socorro a los bolivianos que defendían el fortín.


Por el sector "Ramírez", los tenientes R. Banegas y Arturo Montes rompen el cerco paraguayo y establecen comunicación con Boquerón, conduciendo dos ametralladoras y municiones, al mando de 150 efectivos orureños, soldados del 6º de Caballería. Estos soldados vuelven a fracturar el cerco enemigo para salir de él.


Se observa que la moral de los defensores de Boquerón continúa siendo alta, todos pelean con entusiasmo, causando graves bajas en las filas paraguayas. El enemigo dispara contra los camilleros encargados de los heridos, no obstante exhiben estos la Cruz Roja Internacional.


Cinco mulos embastados irrumpen en el fortín, huyendo del lado paraguayo; los embastes llevan el escudo argentino, prueba de la cooperación que aquel país prestó al Paraguay. Se sabe que los aviones que abastecieron al fortín fueron alcanzados por varios impactos enemigos.


La falta de ataque, y tranquilidad extrema hace temer lo peor en las filas bolivianas: el ataque final.








17 de septiembre-noveno día de batalla


La aurora de este día es saludada con un bombardeo espantoso de más de 30 piezas de grueso calibre, cañones y morteros como ningún otro día y con derroche de munición son control ni reparo.

Parecenos que la intención del comando paraguayo era la de pulverizar a los defensores, antes de abrir brecha en algún lugar de las fortificaciones. Pues luego del bombardeo tan formidable empieza el tableteo de las ametralladoras y de toda la masa de infantes y de caballería (...) obligándonos a poner en acción a todos los defensores de la plaza.

En horas de la tarde ingresan al fortín un batallón del regimiento 14 de infantería a órdenes del teniente coronel Montalvo haciendo un total de 15 oficiales y 300 de tropa.

A las 4 de la madrugada, el enemigo reinicia sus ataques sobre Boquerón, disparando sus 32 piezas de artillería y morteros, sin causar efectos.


La gallarda y poderosa Escuela Militar de Cadetes del Paraguay, llega para reforzar las unidades que atacan Boquerón. La Escuela Militar, comandada por el My. Bray, estaba compuesta de 1.600 hombres, considerada la mejor unidad del Ejército enemigo, "haría reventar las paredes de Boquerón".


Su comandante les arengó: "Hoy vamos a tomar Boquerón, no hay bolivianos que nos detengan, brindo por anticipado el triunfo con un trago de caña paraguaya".

Dictadas las órdenes de ataque, los cadetes de la Escuela Militar se lanzan al ataque y son recibidos por ráfagas de ametralladoras de los defensores bolivianos, que causan numerosas bajas. Muchos cadetes quedan tendidos en el pajonal y los demás se desbandan atemorizados ante el asombro de su Comandante Bray que se enfrenta con un suboficial, quien le contesta en guaraní: Ojhasa pá nicó oré acá así pila bolí (pasaron por encima de nuestras cabezas los bolivianos). Era debido a que una fracción boliviana al mando del Tcnl. Montalvo, que debía ingresar a Boquerón, llegó por retaguardia al iniciarse el ataque enemigo y desabarató el asalto de los soldados paraguayos.










18 de septiembre-décimo día de batalla

A las 4 de la madrugada se presenta el teniente Grosberger con 40 hombres y entrega 8 cajas de munición y algo de víveres. Se ordena para este grupo de hombres un descanso en las zanjas.

A las 10.30 es conducido un soldado paraguayo Luis Aquino quién dice ser de Alberdi a esta hora hay parte de que el sector del capitán Romero es fuertemente atacado pidiéndose refuerzos.

Continúa el hostigamiento sobre Boquerón con todo tipo de armas. Las ametralladoras paraguayas barren las copas de los árboles en el supuesto de que en ellos se encuentren francotiradores bolivianos.



Las unidades bolivianas que tratan de romper el cerco son las siguientes:


Reg. Infantería 4 con 200 plazas; Reg. Infantería 5 con 300 plazas; Reg. Caballería 6 con 220; Reg. Lanza con 110 plazas; Reg. Azurduy con 80; Reg. Infantería 16 con 500; Grupo de Artíllería Calero con 40; Grupo Morteros con 60; Reg. Caballería con 300.


Un total de 2.400 hombres que enfrentan a más de 10.000 soldados enemigos bien armados y equipados.












19 de septiembre--undécimo día de batalla.



El estado físico de la gente en el reducto era peor. Espectros armados sin dotación suficiente, sin alimentos y una miserable cantidad de agua infectada que apenas se podía extraer del único pozo que quedaba, controlado por el fuego enemigo.

Continúa el asedio del fortín Boquerón por fuerzas paraguayas que hacen derroche de munición de todos los calibres, sin obtener resultado alguno.



Salen de Boquerón con una fracción de 45 hombres del Regimiento Lanza hacia Castillo, los Subtenientes N. Grosberger y Luis Estenssoro Machicado, quienes son sorprendidos por ráfagas de ametralladoras a pocos kilómetros del fortín.Estenssoro recibe heridas en la cabeza, el pecho y las espaldas y en un acto de desesperación se suicida. Este valiente oficial era descendiente del Benermérito Cnl. Miguel Estenssoro que encabezó una expedición al Chaco en 1888.


Durante todo el día y la noche, Boquerón soporta estoico el castigo de las balas enemigas que no cejan en su intención de rendir las armas bolivianas dispuestas hasta el último sacrificio.



UNA HERIDA DE GUERRA. Observar que enorme destruccion ha causado una ráfaga de ametralladora en esta pierna fracturada y desgarrada que hubo que amputar por debajo de la rodilla. Los dos huesos rotos, la aponeurosis y los musculos desgarrados, formando sangrientos colgajos que se resecan, practicándosele simultaneamente la esquirlectomia o extraccion de pequeños fragmentos óseos, que denotando una gran pérdida de hueso, nos obligó a efectuar ua ampuitacion alta.


Una triste carga de camion. Tres heridos graves que proceden de la linea de fuego, de un flanco alejado, transportados en un camion. Sobre el "yasapé", paja chaqueña, a la izquierda un herido de bala en el abdomen. Debajo del vendaje que circunda el abdomen, surjen los intestinos. El que esta sentado tiene un balazo en el brazo y Otro en el vientre, a traves de los vendajes pasa la sangre. El que se hallaba en la camilla tiene un balazo en la columna vertebral, con paralisis en ambas piernas.
                                                         LOS TRES MURIERON.


Los prisioneros se alegraban cuando los fotografiaban y  pedian que los retratasen quizas con el ánimo de que la foto apareciese en algun diario o revista que pudiera llegar hasta sus familias,para que constatasen que aun se hallaban vivos.


Otra vista del grupo de prisioneros bolivianos. Son los de gorra con visera y los cuidadores paraguayos son los de sombrero.


Ametralladora Vickers de fabricación inglesa. Los bolivianos defensores de Boquerón causaron estragos con su certero fuego diezmando las filas paraguayas que tercamente porfiaban en tomar el fortín.

Oficial paraguayo con  dos ametralladoras bolivianas tomadas a los defensores de Boquerón.




lunes, 13 de septiembre de 2010

Boquerón, Extractos del Diario de Campaña del teniente coronel Manuel Marzana III

11 de septiembre tercer día de batalla


A partir de las 10 se presentan en varias ocasiones aviones nuestros y al mismo tiempo aviones enemigos (...) al finalizar los asaltos del enemigo en diferentes sectores de las trincheras durante el día, sin haber logrado otro resultado que una terrible sangría entre los soldados paraguayos, se nos exigía a porfía un contra ataque. Aún dándonos cuenta del desbarajuste en que se hallaban las tropas enemigas de la desorientación y el caos que reinaba entre ellas, esto era imposible.

El ejército paraguayo continua atacando el fortín Boquerón, que se presenta como barrera infranqueable. Un tendal de muertos paraguayos cubre el campo de combate; los heridos paraguayos llenan los puestos de sanidad; habían caído en la lucha los oficiales paraguayos Escóbar, Facetti, Yegros, Zenteno, Roa, Otaño y muchos otros más.


Se comenzó a tender un hermético cerco, táctica que fue completada en 2 días.






12 de septiembre-cuarto día de batalla

(Llega la fracción Ustárez para conocer de cerca el desarrollo de las acciones y mantiene una reunión con el Coronel Marzana, quién le manifiesta los apremios para continuar con la defensa de Boquerón, pero al retornar de su misión el capitán Ustarez cae en acción).

Nuevamente los paraguayos intentan tomar el fortín. "a medida que pasaban los días el enemigo reforzaba sus unidades de artillería; se hacía más fuerte y acometía con mayor energía decidido a tomar el fortín en el más breve plazo.

En horas de la tarde se viene otro atraque por el noroeste y el nordeste, con tanta resolución y empuje que pareció que esta vez el enemigo, podría irrumpir en nuestras trincheras de defensa pero se repite lo mismo. El ataque dura por espacio de una hora y 209 minutos en medio de insultos y gritos de los guaraníes que retroceden como tienen costumbre dejando un sin número de muertos y heridos.

Al parecer, se repliegan pues se oye un ruido enorme de camiones sobre la picada con línea a Isla Poí ¿o se trata de nuevos refuerzos?.

El plan de Estigarribia es tardíamente descubierto por Marzana, quien ordena consecuentemente el ahorro de la munición escasa con que se contaba, así como una reducción en la ración de agua y comida.







El fuego de hostigamiento, especialmente de morteros, continua incesantemente, y en este día se registran una decena de bajas. Un ataque paraguayo por sorpresa al anochecer, termina desbaratado.






La moral paraguaya es baja, consideran que Boquerón es un pandemonio. El tendal de muertos ya se cuenta por millares.






Con unidades frescas el Paraguay, refuerza sus líneas diezmadas por la defensa de Boquerón. Las fuerzas bolivianas de Yujra atacan desde el exterior a los paraguayos quienes convenientemente posesionados del terreno rechazan a los bolivianos.






La aviación boliviana bombardea y ametralla a las fuerzas enemigas que avanzan desde Isla Poí para reforzar a los que asedian Boquerón con reservas que no habían participado los días anteriores. El escuadrón paraguayo de defensa aérea reacciona tardíamente. Durante todo este día la lucha es intensa.







13 de septiembre-quinto día de batalla

Desde las 4 de la madrugada la artillería paraguaya empieza a bombardear con todas sus piezas protege el avance de nuevas líneas de la infantería.

A las 14 horas se oye un recio combate con las tropas de Peñaranda. Escuchamos los gritos de "viva Bolivia" durante los asaltos a las posiciones enemigas.

Desde Yujra, a las seis de la mañana, el destacamento boliviano "Peñaranda" efectúa un fuerte ataque con propósito de romper el cerco desde afuera, utilizando efectivos del "Campero" y "Loa". Son rechazados desde la denominada "Isla del Diablo" por los tiradores paraguayos.







Mientras tanto, Boquerón amanece tranquilo, el movimiento del ejército paraguayo es incesante, mientras se observa la polvareda provocada por decenas de camiones que proveen al soldado paraguayo de municiones, víveres, agua y galletas.






El Comandante Marzana dispone que este día los oficiales Cap. Víctor Ustárez y Sbte. Julio Murillo salgan del fortín para tomar contacto con las tropas del fortín vecino Yujra, aprovechando los claros que aún existían en el cerco paraguayo. Ustárez era el oficial boliviano con mejor conocimiento del terreno y sentido de orientación en la selva chaqueña.






Cumpliendo estas órdenes, salen de Boquerón, siendo rodeados por los paraguayos. Víctor Ustárez emplaza sus piezas y de pie, desafiante, dispara contra el enemigo. Cae combatiendo bravamente. Los bolivianos perdieron así a uno de los más valerosos y experimentados combatientes de la guerra.






El ataque de todos los días esta vez se realiza en la tarde, con los mismos resultados anteriores: los paraguayos, pese a sus denodados esfuerzos, son violentamente rechazados. En esta acción muere del lado boliviano el Tte. Juan de Dios Guzmán Montalvo, tras un violento combate.






La noche de este día, Marzana escribe en su diario de campaña: "La artillería enemiga concentra su fuego sobre nosotros. Nuestros tres cañones contestan de tarde en tarde para no agotar demasiado rápido su escasa munición. La infantería paraguaya hace esfuerzos sobrehumanos para ganar nuestras trincheras, mas los nuestros disparan sus fusiles con la más correcta puntería, midiendo el peligro, quedando el campo sembrado de cadáveres y también de heridos cuyos quejidos se escuchan toda la noche. Se han agotado los medicamentos. El ánimo levantado de jefes, oficiales y tropa se mantiene inalterable. Parece que actuáramos en una maniobra y ninguna calaminad nos arredra".











14 de septiembre-sexto día de batalla

A primeras horas de la mañana vuelan cuatro aviones paraguayos sobre Boquerón la defensa anti aérea no puede derribar a los incursores poco después aparecen aviones nacionales que bombardean posiciones paraguayas "uno de ellos larga un lastrado al fortín con correspondencia y un paquete conteniendo munición para fusiles la misma que no puede ser utilizada por la altura desde la que fue lanzada.

Una proclama del comando que se comunica a las tropas.

Asimismo la nota informa de un inminente ataque a posiciones enemigas de Yucra y "que comenzará a las 12.00 y se llevará a efecto por tres partes en el ataque emplearemos tres carros de asalto".

Se ordena la salida de fuertes patrullas de Boquerón a fin de colaborar por esta parte a las acciones de las tropas atacantes de Peñaranda, desplazándolas en las tres direcciones que indican.


Muere al intentar romper el cerco exterior el Tte. Mamerto Cuéllar, cuando atacaba la Isla del Diablo, que luego fue tomada en cooperación con el Cap. Luis Gutiérrez Vera, que combatió valientemente.







En la acción es herido el My. Oscar Moscoso, en tanto que el My. David Méndez abandona su batallón en pleno combate.








Soldados paraguayos camino al frente.


Soldado boliviano prisionero herido. La bala entro por la oreja izquierda y salio por el pomulo derecho, destruyendo el velo del paladar. La cara esta hinchada, los parpados semi-cerrados y las moscas "verdes" le han depositado huevos en las heridas, que se han llenado de larvas. Tiene serias dicicultades para comer y tragar; el agua y los alimentos se le escapan por la nariz. Sufre mucho; tiene una sed insaciable. Me pedia agua, de rodillas y con las manos juntas, implorando; como no tenia jarro, le daba tamborcitos vacios de gasas llenos del precioso líquido que hacia desaparecer instantáneamente. Se lo trato en Sanidad con toda consideración, como si fuera paraguayo.



En el fondo d ela foto, el nº 1 señala un soldado muerto y los números 2, soldados heridos, entre los arboles.










Cirujia de urgencia en el Chaco.



Intervención de un herido con fractura de muslo,bajo anestesia general, apreciandose la careta y la ampolla de eter a la izquierda. Un camillero tracciona el pie.
Observese con una lente de aumento y se constatará que en los sitios señalados con las flechas, un gusano sube por el brazo del operado y otro por la mesa de cirujía.


Apreciar las dificultades que ofrecen estas intervenciones, las posturas incómodas que deben adoptarse, la falta de compresas esterilizadas. etc., etc.






Boquerón

Contingente boliviano rumbo al Chaco





viernes, 10 de septiembre de 2010

Boquerón, Extractos del Diario de Campaña del teniente coronel Manuel Marzana II

En los campos de Boqueron: esqueleto con uniforme. Cuadros como éste se encontraban frecuentemente en los campos de batalla en que los cadáveres no fueron enterrados. Es un soldado boliviano del célebre regimiento Colorados, muerto frente al Fortin Boquerón, en la brava batalla de Septiembre de 1932, que duró 20 días.
Los paraguayos sitiaron al Fortin; los bolivianos ofrecieron una tenaz resistencia sufriendo atrozmente el hambre y la sed, recibiendo algunas provisiones lanzadas desde los aviones. Los paraguayos sufrieron grandes pérdidas pero llegaron a pocos metros de las trincheras enemigas; cuando se disponían a pasar al asalto que definiría la lucha, se vieron trapos blancos en las trincheras,  se habian comido hasta las mulas.


Si se observa la foto detenidamente, se constatará que la mano izquierda con su antebrazo, que se hallan en el sitio marcado con una cruz, han sido separados del brazo, como si hubieran sido arrancados por un casco de granada. Foto tomada dos meses después del combate.








8 de septiembre




Se escuchan nuevos diparos en dicho puesto y como el fuego se intensifica, se ordena el repliegue de la gente y que las secciones ocupen sus posiciones de apronte en espera de órdenes para romper el fuego. (...) el santo y seña para esta noche: Oruro-Potosí.

La aviación boliviana de exploración descubre el contingente enemigo. La orden del Tcnl. Marzana es terminante: "El destacamento tiene la misión de defender sus posiciones sin abandonarlas bajo ningún pretexto".



9 de septiembre- primer día de batalla



En la madrugada comienza el ataque enemigo en forma general y con gran ímpetu en todos los sectores. El furioso ataque es rechazado en todos los puntos con un fuego vivísimo y certero. (...) La resistencia es firme y resuelta. No hay signos de nerviosidad se combate con disciplina. (...) el fuego enemigo se intensifica más; es la preparación para entrar al asalto. Se vienen con la bayoneta calada y dando sus gritos característicos nuestros fusileros también calan la bayoneta para resistir el choque; nuestras ametralladoras livianas y pesadas, así como los fusileros, rompen un mortífero fuego sobre los atacantes: filas enteras con sus oficiales a la cabeza, caen segadas por nuestros proyectiles, el fuego es mortífero y horroroso y obliga al enemigo a vacilar y detenerse; algunos retroceden, pero la mayor parte caen detrás siguen más líneas de tiradores que avanzan con brío y entusiasmo, aunque siguen la misma suerte que los primeros. Los sobrevivientes retroceden y huyen hacia los montes vecinos, perseguidos por los disparos de nuestras armas.

A las 5:30 de la mañana, la artillería paraguaya abre fuego sobre el fortín Boquerón provocando las primeras bajas bolivianas. A las 7:00 en las trincheras bolivianas, se escuchó la carga paraguaya a los gritos de "¡Aña memby....! ¡Viva el Paraguay! ¡Muerte a los bolí!".



Se trataba de regimientos íntegros de caballería y artillería, entre los que sobresalía en el centro el Regimiento Curupayty, desalojado de Boquerón el 31 de julio, y que por tanto pidió el honor de atacar primero. A los 100 metros de distancia la descarga de fusilería boliviana los frenó en seco. Cayeron centenares de jinetes con sus cabalgaduras. La carga había fracasado, decenas de muertos quedaron en el campo de nadie.


Reordenadas las tropas paraguayas, atacaron por segunda vez. En esta oportunidad, se debía arrasar con el fortín. Reiniciado el fuego de artillería, los paraguayos lanzaron un nuevo asalto con la bayoneta calada. El ataque fue rechazado con gran cantidad de bajas para los sitiadores. Esta vez los oficiales paraguayos ya no encabezaron el avance de sus tropas.

Ocho intentos desesperados sólo obtuvieron el mismo resultado: centenares de muertos paraguayos. En el fortín, mientras tanto, una veintena de efectivos bolivianos resultaron víctimas de la artillería del enemigo.

La desorganización de la retirada paraguaya provocó claros en el cerco; así, al anochecer, un destacamento de jóvenes orureños del 14 de Infantería, al mando del Cap. Tomás Manchego, logró ingresar a Boquerón en camiones. Transportaba dos ametralladoras Vickers, que fueron ubicadas en la denominada "Punta Brava", sector potencialmente vulnerable del fortín.





10 de septiembre-segundo día de batalla



A Hrs. 3 de la madrugada se reinicia el ataque. El enemigo rompe el fuego con una cortina de artillería para proteger a las tropas de infantería. (...) La falta de contingentes que apoyaran nuestros flancos, hizo posible que las tropas paraguayas cercaran el fortín, quedando desde aquel momento cortados de toda comunicación, salvo la que nos podía proporcionar la aviación. (...). El fuego dura toda la noche con intervalos y bajo éste nuestras tropas rechazan muchos asaltos de las tropas paraguayas. Son verdaderos tanteos del enemigo tratando de encontrar un lugar una brecha por donde irrumpir al interior (...) el insistente bombardeo provocó 7 muertos y 10 heridos entre la tropa.

Desde las posiciones ocupadas un día antes, el ejército paraguayo dispara sobre las posiciones bolivianas empleando cañones, morteros y armas automáticas en un algo derroche de municiones.



El Mayor boliviano Lairana, comandando una fracción del 14 de infantería, marcha rumbo a Boquerón con la misión de explorar el camino a Isla Poí. Al recibir informaciones de que los paraguayos se habían retirado de ese sector, no toma precauciones y su unidad es sorprendida por un "cuatrereaje" cerca a Boquerón.


Los camiones en que trataban de ingresar al fortín son emboscados por ambos lados de la picada (camino abierto a través del bosque), cayendo el 50% de los hombres. En esas condiciones totalmente adversas el Teniente boliviano Rosendo Villa, bayoneta en mano, se lanza contra el nido de ametralladoras ubicado a 20 metros por delante, esquivando la metralla, logra penetrar de un salto en la trinchera, acallándola y salvando la vida de los pocos sobrevivientes de esa acción. El cuerpo del Tte. Villa, jamás fue encontrado ni por bolivianos ni por paraguayos, lo que le ganó el título de "Teniente Fantasma" y a su destacamento como "Brigada Fantasma". Entre algunos miembros de la brigada fantasma se encuentran los tenientes A. Teleche, Rosendo Villa, Hugo Rada y el Sbte. Hernán Salazar y Melquiades Cossío. El Comandante Lairana cae prisionero con todos los sobrevivientes.

Mientras tanto, en la batalla misma por el fortín, las cosas se mantenían como el día anterior. Estigarribia reajustó la táctica, pues informes de prisioneros bolivianos indicaban la existencia de 6.000 combatientes y 600 oficiales. En realidad sólo había 1200 combatientes: su comandante, un mayor, 4 capitanes, 7 tenientes, 14 subtenientes, 2 médicos, un sanitario un chófer y soldados.


De esta manera solicita refuerzos; el asunto exigía un sitio formal para obtener la rendición de los bolivianos. Así, la táctica consistió en una operación de hostigamiento, con morteros, granadas y ametralladoras que harían fuego contra las trincheras.



Boquerón, Extractos del Diario de Campaña del teniente coronel Manuel Marzana I



7 de septiembre




" El enemigo se aproximaba a nuestras puertas, comienzan las primeras escaramuzas. Nuestros puestos avanzados dan cuenta de una creciente actividad paraguaya. En el puesto 22 se oía intenso ruido de camiones a Isla Poí, ese ruido podría percibírselo desde el mismo fortín. "

Comienza el operativo paraguayo para reconquistar Boquerón. El Cnl. paraguayo Félix Estigarribia recibe una carta sin firma ordenándole retomar Boquerón. No se usó orden oficial alguna; el Presidente Eusebio Ayala temeroso que una orden de ataque fuese interceptada por el Servicio Secreto Boliviano, envía un mensajero. El temor del Presidente estaba justificado, una orden de ataque anterior había sido exhibida por Bolivia ante La Liga de las Naciones y servido para acusar a Paraguay como País Agresor. De esta forma, desplaza un contingente de 5.000 combatientes paraguayos al teatro de operaciones, armados de fusiles, ametralladoras, cañones, obuses y morteros. También disponía de un pequeño componente aéreo y del apoyo logístico de su marina a través del río Paraguay.



Camino entre los Fortines Arce y Boquerón

Soldados paraguayos esperando para recibir instrucciones

Parapeto con camuflaje antiaéreo

martes, 7 de septiembre de 2010

Basta con una mirada

ASOMACHO INFORMA





ASOMACHO (Asociación de Machos) INFORMA



CONSIDERANDO: A causa del evidente “amariconamiento estandarizado”

de la sociedad en la que vivimos hoy en día, la aparición de

vocablos como “metrosexuales” u “homogays”, términos que no hacen

otra cosa que desdibujar los límites entre el 'buen macho' y el

“maricón generalizado”, los cada vez más tolerados y consumidos

tratamientos de belleza masculina, el aparente e inminente triunfo

de los cuerpos “lampiños”, de las “barrigas planas” y los “cutis

no-grasos”.



RESOLVEMOS: Por todo esto y mucho más, “ASOMACHO” ha desarrollado el

test que en este momento tiene usted delante, un material de

incalculable valor que debe estar siempre en el bolsillo de

cualquier asomachista' que se precie y de cualquier nena que suspire

por nosotros los varones de exportación y que nos servirá para dar

claridad y orden a una sociedad que nos aísla y discrimina.



REGALOS QUE PREFIERE RECIBIR

a. Una botella de vodka, ron o whiskey ........ (MUY MACHO)

b. Cualquier artículo o aparato electrónico............. (MACHO)

c. Una prenda de vestir no militar o outdoor........... (RARITO)

d. Dulces, bombones, etc...................... (OJO CON ESTE)

e. Flores y/o perfumes................................ (MARICÓN)



USO DE CREMAS Y BRONCEADORES

a. No usa.......................................... (MACHOTE)

b. Usa sólo un poco en verano............. (AMANERADO)

c. Usa bastante en verano.................... (MARIQUITA)

d. Usa abundante todo el año............... (RE-CONTRA GAY)







ROPA Y ZAPATOS

a. Usa ropa outdoor y militar todo el año………………….…. (MUY MACHO)

b. Usa terno o ambo todo el año, salvo en ocasiones

especiales…(MACHO)

c. Usa ropa de vestir y zapatillas……………………..……(AMANERADO)

d. Usa buzo y zapatillas (tipo futbolista)………....(MARIQUITA NO

ASUMIDO)

e. Usa sandalias y hawaianas…………………………… (RE-CONTRA GAY)



TRATAMIENTO DE LAS MASCOTAS

a. Su perro vive afuera y lo alimenta con desperdicios..... (VARÓN)

b. Su perro vive adentro, come alimento especial y lo acaricia....

(DELICADITO)

c. Es gato, vive adentro, lo acaricia y duerme con el...... (CON

SEGURIDAD MARICON)



TRATAMIENTO DE LAS PLANTAS

a. Se alimenta con algunas de ellas........... (RAMBO)

b. Tiene algunas plantas afuera y no las riega..... (MEDIO MACHO)

c. Cuida las plantas y los arbolitos............... (FLORIPONDIO)

d. Riega, poda y habla con plantas y flores de su jardín........

(MARICÓN)



USO DEL ESPEJO

a. No usa................. (VIKINGO)

b. Lo usa solo para peinarse.............. (COQUETO)

c. Se mira el cutis y observa sus músculos.................... (GAY)

d. Igual que el GAY, pero además se mira las nalgas.... (LOCA

INCONTROLABLE)

e. Se mira con diferentes pelucas, vestidos y atuendos........

(TRAVESTI)





PEINADO

a. No se peina................................(BRAVO)



b. Se peina después de ducharse..................... (HOMBRECITO)

c. Se peina varias veces por día....................... (MARIQUITA)

d. Usa gel, fijadores y secadores............... (HOMOGAY

METROSEXUAL)

e. Peina a otros y aconseja.................. (MARICONAZO!!!)



LIMPIEZA DOMICILIARIA

a. Barre sólo cuando siente el crujir de sedimentos bajo sus

zapatos.... (VARON)

b. Barre cuando ve mugre............. (DEJA MUCHAS DUDAS)

c. Limpia con agua y detergente................ (ES UN MARICON)

d. Limpia con agua, detergente y aromatizante........... (MARIPOSA)





DEPORTES PREFERIDOS

a. Deportes extremos, rugby, boxeo, formula 1…… (MACHOTE)

b. Tenis, Golf, fútbol, Atletismo, basketball, Natación .. (BIEN,

PERO HAY QUE VIGILARLO)

c. Aeróbicos, Spinning, Volleyball, Bádminton… (LOCA DESATADA)

d. Lo mismo que el 'C', pero con licra.......(MARICONAZO)





COMIDAS PREFERIDAS

a. Cerdo, frituras, grandes animales asados, guisos picantes.......

(TARZÁN)

b. Pescado y ensalada para no engordar............. (SOSPECHOSO)

c. Sandwiches integrales, consomés..........................

(MARICON)

d. Aves acompañadas con vegetales al vapor.......... (NENA

ARREBATADA)



BEBIDAS PREFERIDAS

a. Vodka, cerveza, ron, tequila............................ (VARÓN)

b. Whisky con hielo...................................(FINO)

c. Refrescos light y limonadas................ (SE LE MOJA LA CANOA)

d. Jugos de frutas y licores muy dulces sin alcohol... (MARIPOSON

IRREDIMIBLE)



ASEO PERSONAL

a. Se ducha en 5 minutos, con jabón y lava sus calzones.......

(LEGIONARIO)

b. Se baña rápido con shampú pero sin tocarse el culo..........

(VARON)

c. Se baña durante más de 30 minutos con jabón líquido........

(MARICA)

d. Se baña con sales y espuma en la bañera.......... (LOCA

DESAFORADA!!)



CERVEZA

a. Helada y en grandes cantidades.......... (SUPER MACHO)

b. Sólo una para el calor........................ (MEDIO MARICON)

c Con limón………………...................... (MARICON)

d. Sin alcohol...................................... (SUPER MARICÓN)

e. Sin alcohol, con hielo y limón...... (SUPER MENESTRA AGUADA)





CUANDO VA AL MALL (TIENDA)

a. A ver nenas.............. (SUPER BUITRE MACHO CAZADOR)

b. A ver nenas y comprar ropa.... (OJO CON ESTE MAN)

c. A ver ropa de nenas..... (ROSCA VOLTEADA)

d. A probarse y comprar la ropa de las nenas.... (SIN PALABRAS...)

viernes, 3 de septiembre de 2010

La traductora en la Guerra del Chaco

Doña Domi, como la llaman, hasta ahora habla perfectamente el guaraní. La falta de recursos le impidió realizar los trámites para lograr el reconocimiento debido por su participación en la contienda bélica.



Después de dos años y seis meses de haber convivido entre heridos, cadáveres y fusiles, Domitila Miranda Jerez no tiene miedo a la muerte y estaría dispuesta a agarrar un arma y disparar si alguien la ataca. Es que después de toda la ‘carnicería’ que sus ojos observaron durante el combate entre soldados bolivianos y paraguayos, ya nada le asombra. Sin embargo, su coraje y valentía contrastan con la calidez y lucidez de esta mujer, que ahora tiene 92 años y reside en una humilde vivienda en Boyuibe, junto a su esposo Ascensio Suárez.

Tenía escasos 14 años cuando fue llevada por el médico Raúl Ramos, pese a la oposición de su madre, para ser traductora del guaraní y ayudante de enfermería en el templo de Cuevo, que se transformó en un improvisado hospital para atender a los soldados heridos.

Desde un sillón, donde está postrada hace meses, debido al dolor que siente en las piernas después de haber sufrido una caída, y bien abrigada, empieza a retroceder su mente hasta 1932, cuando estalló la guerra entre Bolivia y Paraguay por el ‘oro negro’.

Confiesa que desde niña se interesó por aprender esta lengua nativa y para conseguir su objetivo, recurrió a las cuñas -como se denomina a las mujeres guaraníes- que trabajaban en la casa de sus padres en Charagua. Les daba algunas monedas, charque y queso, y a cambio las nativas le pasaban clases de guaraní. Eso le valió para que pueda convertirse en la intérprete entre los soldados paraguayos que caían prisioneros o heridos y los médicos bolivianos. “Los ‘pilas’ eran renuentes a hablar en español, por eso les tenía que preguntar en guaraní si querían que los curáramos, porque muchos se resistían y pedían que los dejáramos morir en Bolivia”, dice la ex enfermera.


Tirado en el suelo y sin ropas, con dos enormes boquetes que son los orificios de salidas de balas de ametralladora que han fracturado el muslo que se halla deformado y acortado. Está esperando turno para que s ele practique la amputacion alta del miembro




El asombro crecía en Domitila a medida que pasaban los días y veía como algunos morían, otros luchaban por sobrevivir y no faltaba quien pidiera que no lo auxiliaran, porque prefería marcharse de esta vida.

Entre las anécdotas que rememora está aquélla, cuando divisó que uno de los uniformados paraguayos heridos guardó un palo debajo de su almohada para atacar a los médicos que hacían la visita diaria. También está el caso de un joven paraguayo que perdió sus glúteos por la explosión de una granada, pero se recuperó y fue devuelto a su país.

Pero no sólo tenía que lidiar con la soberbia de los paraguayos, sino también con la carencia de medicamentos, puesto que no había todos los insumos necesarios para atender tantos heridos. Sólo contaban con agua oxigenada y mercurio, pero eso era insuficiente para la magnitud de las heridas causadas por las granadas y los fusiles. Por eso muchas de ellas se 'agusanaban', a tal punto que las colchas tenían que ser sacudidas continuamente para eliminar los gusanos y piojos que se apoderaban de los soldados heridos, comenta Miranda Jerez, sumida en el olvido de las autoridades nacionales, pese a su colaboración en esta lucha bélica.

Después de recorrer tantas escenas en su mente, asegura que no hay cosa más dolorosa para un país que una guerra. Recuerda que en esos años de conflicto bélico no había alimentos, los niños sufrían días enteros esperando que sus padres consiguieran pan. La gente que vivía cerca de los lugares de combate era evacuada, dejando todos sus enseres. Ése fue el caso de su familia, que fue evacuada desde la comunidad de Pailón hasta Cuevo, sólo con la ropa que llevaban en el cuerpo, ya que los enemigos podían atacar y hacerlos prisioneros. Los animales eran aprovechados para alimentar a los soldados, por lo menos así fue en el caso de su familia. Diez vacas y cien ovejas fueron sacrificadas y convertidas en comida para los militares bolivianos.

Otra de las cosas que siempre quedará grabada en su mente es que de las catreras tiraban los cadáveres como sapos al suelo para que una máquina los recogiera y los arrojara en una fosa común, donde eran enterrados juntos, bolivianos y paraguayos. El tramo entre Charagua y Villamontes fue donde se registró la matanza más grande de los paraguayos, ya que allí se suscitaron los combates más sangrientos, que antecedieron el fin del conflicto bélico. “Los pilas querían invadir Camiri y, con eso, lo demás era más fácil”, explica.


Soldado boliviano prisionero herido, atendido en el puesto de socorro de un regimiento paraguayo; en éste momento se halla en un puesto de socorro de la division. De aqui pasará a puesto de reunion de heridos de la division, para ser transportado en un camion a las formaciones sanitarias de retaguardia.




También destaca el papel histórico que cumplió el cerro llamado ‘la muela del diablo’, desde donde los soldados bolivianos se ubicaron para eliminar a los paraguayos que se encontraban abajo. Por eso es que no duda que debajo de las poblaciones chaqueñas haya varios paraguayos enterrados.

Cuatro meses antes de que finalizara la guerra, retornó con su familia, para ayudar a su madre en el sustento de sus hermanos menores.

Hoy, después de 67 años, todavía anhela que las autoridades nacionales reconozcan su participación en el conflicto bélico y le puedan retribuir en algo su labor. “Por falta de recursos, en ese tiempo no pude gestionar la resolución sobre mi participación en la guerra, pero quisiera que las autoridades me ayuden, aunque sea en estos últimos días de vida que me quedan”, aseguró.



Una mujer multifacética

De rostro siempre alegre, que devela sus arruga marcadas por los años de vida que tiene, Domitila Miranda tuvo dos hijos, pero el mayor falleció tras un mes de nacido por la llamada tos de ahogo o tosferina. El menor vive actualmente en Francia, desde donde Domitila recibe cartas y algo de recursos. Comparte su vida con su esposo Ascencio Suárez, a quien conoció, precisamente en una de sus pasiones, como es la costura, que la aprendió de su progenitora. Dice que él llegó hasta las tierras chaqueñas para trabajar como sastre y ella también desarrollaba esta labor. Recuerda que se casaron en la iglesia de Boyuibe. Una pequeña tienda de venta y alquiler de videos, atendida por su esposo, les ayuda en su sustento diario. Gracias a su talento para la sastrería, es que consiguió trabajo en las tiendas, en esos años manejada por los turcos, donde se vendían prendas confeccionadas por ella. Eso también le permitía ayudar a su madre en el sustento de sus hermanos, puesto que su padre falleció cuando ella tenía seis años. Otras de las cosas que le encanta hacer es horneado de maíz. Roscas, empanadas y bizcochos son sus preferidos. No se ha dejado vencer con las enfermedades que la han atacado, porque asegura que su padre en chica le dio leche de burra negra para que sea fuerte.


Extractado de El Deber : Roxana Escobar N.

Himno del Satinador

La Patria (con banda)

Jinetes en el Cielo

Fuerzas de Paz

Comandante Cóndor Escóbar

La Bomba de Incendio

3 de Febrero

El Cóndor pasa, Música Miitar de Bolivia

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